Recibir el Espíritu de Dios

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Recibir el Espíritu de Dios

“Todos los sedientos, venid a las aguas…” Isaías 55.1

El Espíritu Santo habló a través de la boca del profeta para invitar a todos los que estaban sedientos para que vinieran a las aguas. Después, Él utilizó al Señor Jesús mismo, el último día del ayuno para decir:

“Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba.” Juan 7.37

Vemos claramente el interés que tiene el Todopoderoso en apagar la sed de los sedientos.

El diablo viene en contra de ellos con dudas y con todo tipo de acusaciones porque él sabe que cuando alguien bebe del Agua de la Vida, se convierte en la primavera de la Vida y son equipados con toda la armadura de Dios para vencer todo el mal de este mundo.

Entonces, cada vez que el sediento comienza a buscar el Espíritu Santo, el diablo intenta molestarlos con preocupaciones, miedos, dudas, etc. Pero, cuando tenemos el Espíritu Santo, podemos discernir lo que viene de Dios y lo que viene del infierno. Entonces, lo que tienes que hacer para vencer esto es: perseverar, seguir buscando y recibirás.

Sed y hambre son necesidades del cuerpo, pero Jesús usa estas situaciones del día a día para guiarnos en como deberíamos buscar el Espíritu Santo. La sed de la que Él habla es la del alma. David dijo: “Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti.” Salmos 63.1

La sed que Dios quiere apagar es la del alma, la cual busca placer en las cosas de este mundo p.ej. alcohol, drogas, fiestas, prostitución, etc. Pero después de un momento la sed regresa y el alma vuelve a estar vacía. De lo que el alma tiene sed realmente es de la Presencia de Dios. Muchos no están interesados. Eso es porque todavía no han sido tocados por Dios y por eso siguen escavando hasta que encuentren el Agua.

El diablo puede traer un millón de razones con la intención de desanimarte para que no recibas el Espíritu Santo, pero la sed que tienes por Él es una señal que Dios te envía, aunque no hayas bebido todavía.

Los orgullosos no están sedientos. Los humildes, aunque todavía sean pecadores, reconocen que tienen necesidad de Dios y de arrepentimiento, entonces el Espíritu Santo viene sobre ellos porque es Él quien pone la sed en su interior, como dice Jesús, “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes (orgullosos), y las revelaste a los niños (humildes).” Mateo 11.25

El 11 de octubre, siete obispos que representarán al UCKG de todo el mundo estarán en la cima del Monte Hermón, el monte donde Jesús fue transfigurado ante los ojos de Juan, Pedro y Santiago, los tres testigos de Su transfiguración. Estás invitado a escalar el Monte Hermón con nosotros y a testificar la transfiguración de tu propia vida, porque:

“porque allí mandó el Señor la bendición, la vida para siempre.” (Salmo 133.3)

11 de octubre- ¡Gran Día del Derramamiento del Espíritu Santo!

Que Dios los bendiga,
Obispo Randal Brito

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