¿Sabes quién es Dios realmente?

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¿Sabes quién es Dios realmente?

Muchas personas confiesan creer en la existencia de Dios, pero aún tienen que experimentar una verdadera relación con Él. Algunos incluso podrían haber experimentado Su poder a través de un milagro o una bendición y pensar que Dios está con ellos. La verdad es que han recibido Sus bendiciones pero aún no Lo han recibido en sus vidas.

Creer en Dios o tener Su poder manifestado en nuestras vidas es algo muy diferente a tener una relación verdadera y significativa con Él. Aunque las bendiciones son siempre bienvenidas, no son nada en comparación con la morada de Dios en nuestro interior. El bautismo en el Espíritu Santo nos permite tener ese nivel de intimidad con Dios, que es mucho más poderoso que simplemente recibir Sus bendiciones. Las bendiciones se convierten en una consecuencia de una vida dedicada a cumplir Su voluntad, pero no nuestra razón para hacerlo.

Cuando el Espíritu Santo se derramó sobre los discípulos, no fue una coincidencia que sucediera en el Día de Pentecostés, un día en que las personas tradicionalmente presentaban los primeros frutos de su cosecha (o primicias) en el Templo, como reconocimiento de que Dios está en primer lugar en sus vidas. Dios quiso mostrarnos que el Espíritu Santo solo se derrama sobre aquellos que lo colocan primero en sus vidas. Los discípulos que recibieron el Espíritu Santo fueron los que arriesgaron sus vidas en obediencia a Jesús, y les dijo que se quedaran en Jerusalén, la ciudad más peligrosa para alguien que fuera seguidor de Cristo en ese momento. Muchos Lo abandonaron por temor a la persecución, pero las 120 personas que permanecieron y sacrificaron su voluntad fueron selladas con el Espíritu Santo.

Debemos tener en cuenta que no hay favoritismo en el Reino de Dios. Todos tienen la misma oportunidad de establecer una relación con Él. Simplemente no puede compartir un cuerpo con alguien que no quiere tener nada que ver con Él. Es por eso que solo los que lo colocan en primer lugar en sus vidas, por encima de todo y de todos, reciben el bautismo en el Espíritu Santo.

El mayor deseo de Dios es tener una relación significativa con nosotros, pero Él no puede obligarnos a que nos purifiquemos y lo sigamos. Es nuestra responsabilidad hacerlo y Él nos honra cuando nos encargamos de colocarlo por encima de todo.

Obispo Alvaro Lima

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