Nuestra vida se convirtió en una bendición contra viento y marea

comenzó a funcionar, formar una familia, marihuana y pastillas, un centro de rehabilitación,

_DSC8994

Después de haber sido abandonada por su madre, Claudia González intentó suicidarse a los 16 años de edad debido a la tristeza y la angustia. Afortunadamente, el revolver no tenía balas dentro.

 No obstante, su futuro parecía prometedor. Por aquel tiempo, ella conoció a un hombre con quien proyectó formar una familia. Después de un año tuvieron a su primera hija, Claudia estaba feliz… o así parecía. Aquí comparte su historia.

Claudia: “Yo tenía muy mal carácter y maltrataba a mi marido de entonces y a mis cuatro hijos. Le reclamaba su ausencia, su cariño, porque no había compañerismo, hubo infidelidades y mentiras, agresiones verbales y físicas. Él tomaba alcohol y yo había empezado a consumir marihuana y pastillas a escondidas.

Quería que todo pasara, pero la tristeza volvía. Aunque quería proveer lo mejor para mis hijos, estaba muy mal económicamente, llegué a perder todo por malas inversiones. Cuando me separé, perdí muchos bienes. Quedé en situación de calle con mis hijos, en ese momento intenté suicidarme nuevamente porque ya nada valía la pena, no pensaba ni en mis hijos, estaba ciega, decía ‘si yo crecí sin madre, ellos también pueden crecer sin mí.’

Las cosas seguían yendo de mal en peor cuando Claudia y su familia comenzaron a experimentar perturbaciones espirituales.

“Yo no podía dormir de tanto tormento y mis cuatro hijos dormían con la luz prendida, todos amontonaditos en una habitación que me había prestado una amiga. Al no comer, mi vesícula comenzó a funcionar mal y me tuvieron que operar, incluso sufría de anemia crónica. No me cuidaba, no me valoraba y mi salud lo padecía. Recuerdo que iba a suicidarme, me despedí de mis hijos, y justo aparece mi hermano y me invita a ir al Centro de Ayuda UCKG nuevamente, acepté ir.

Llegué al Centro de Ayuda drogada, pero me fui de allí renovada. Mi proceso de liberación no fue fácil, pero perseveré en las Cadenas de Oración y Dios lo transformó todo. Mi sueño era formar una familia, entonces sacrifiqué en la Campaña y al tiempo conocí a Germán. Él estaba en la fe y había vencido su pasado también.”

Germán: “Yo sufría debido a la soledad, sentía un vacío muy grande que me llevó a involucrarme con las drogas. Consumía marihuana, cocaína y LSD, e incluso tenía una plantación de marihuana y le robaba a mi familia para poder mantener mis malos hábitos. Por esta razón estuve internado en un centro de rehabilitación. Vivía nervioso, la droga me había desequilibrado. Es más, llegué drogado a la iglesia, pero perseveré y Dios me honró.

En un mes todo cambió, en la Hoguera Santa pedí ser la propia bendición y luego recibí el Espíritu Santo. Dios me dio una mujer maravillosa con quien soy muy feliz, hoy tenemos una vida completa”.

German y Claudia Gonzalez

Deixe um comentário