Menteniéndome a flote

ataques de pánico, con toda sinceridad, de la misma manera, En muchos casos,

Screen Shot 2017-07-13 at 11.49.03

Andrew O’Keeffe solía ser un alcohólico acérrimo, un gran bebedor que podía pasar días enteros sin tocar una botella, pero cuando llegaba el fin de semana, se desataba el infierno mismo. ¡Podía consumir hasta una caja entera de 24 cervezas tres o cuatro veces al día! Aquí, él comparte su historia chocante.

“Las personas pueden notar fácilmente cuando un alcohólico necesita ayuda. Pasas por el lado de ellos en la calle y los identificas inmediatamente. Pero mi caso era peor. Aparentaba y me vestía muy bien. Tenía un buen hogar y una novia de aquella. Parecía alguien que otros envidiaban, pero por dentro, estaba totalmente arruinado.

Cualquier relación en la que estaba era muy disfuncional. Muchas novias pasaron por el infierno conmigo debido al alcoholismo. En muchos casos, pasaba noches enteras bebiendo, destrozaba la casa y, al día siguiente, no me acordaba de nada de lo que había hecho la noche anterior.

Pensaba que alguien había entrado en casa y le preguntaba a mi novia de entonces qué había pasado. Era una devastación total.

Pasé dos años sin beber, pero el problema era que vivía el día a día. Luchaba contra este problema todos los días. Nunca me liberé de verdad.

Meses antes pensaba en lo que podría hacerme enojar y a quien culparía, por lo tanto, cuando llegaba a tomaba, la acción física de hacerlo no comenzaba ese día en sí, sino meses antes, cuando ya lo había planeado.

Tuve problemas por conducir borracho y casi me muero. Cuando dejé de beber, temblaba y sufría de ataques de pánico; sentía como si me estuviera volviendo loco y que no tenía esperanza ninguna. Me sentía totalmente inútil y contemplé el suicidio muchas veces, pero me sentía tan derrotado que no podía ni matarme a mí mismo.

Mi padre había sufrido de la misma manera. Sabía que no quería ser como él, pero todo lo que juré que no haría jamás fue exactamente en lo que me convertí, y peor.

De aquella, cuando vine por primera vez al Centro de Ayuda UCKG, ya había probado de todo- terapias, cartas del tarot, brujería y reuniones en Alcohólicos Anónimos. Incluso creía en la mentira de que como Jesús sufrió, yo también tenía que sufrir. Sabía que algo no estaba bien, pero no sabía lo que era.

Asistí al TDV y poco después, las tempestades de mi vida se calmaron otra vez. Recuerdo haberle hablado a Dios con toda sinceridad, le dije: “Sabes que he probado de todo. Te doy un mes. Si lo que este hombre (el asesor) está diciendo es la verdad, entonces esto va a pasar. Pero si lo que dice es mentira, sin resentimientos, me voy de aquí.”

“Si quieres algo que funcione de verdad, este el único lugar del que puedo ser testigo de que encontrarás una respuesta. Puede que no siempre te agrade lo que te digan, pero cuando el médico te dice que tomes cierta medicina o que necesitas una operación, puede que no te guste, pero si piensas que hay esperanza, lo aceptas. Este es el único lugar donde pude encontrar una respuesta.”

Andrew O’Keeffe

Deixe um comentário