El principio del cambio comienza cuando haces tu parte

deudas y facturas, en muchas partes, una vida abundante, una vida de fortuna,

Silvia y sus tres hermanos pasaron una niñez golpeada por la pobreza – la vida estaba lejos de ser perfecta. Sin embargo, Silvia determinó que su vida de adulta sería diferente. Lee la historia de ella y de su marido Lúcio.

Silvia: “Me casé joven y construí una vida de fortuna y próspera con mi marido. Adquirimos casas, coches, y riquezas, vivíamos un estilo de vida feliz y cómodo. Sin embargo, la historia se repitió cuando mi marido decidió vender nuestra empresa con la intención de comenzar una nueva.

La empresa nueva no cumplió con su objetivo – paulatinamente tuvimos que vender todo lo que poseíamos para poder pagar nuestras deudas y facturas. No teníamos unos ingresos fijos por lo que todos nuestros gastos se acumularon. Al ver cómo sufrían mis hijas de la misma manera que yo sufrí una vez, hizo que me resultara más duro. Era devastador tener que ser testigo de su dolor, así como el mío.

Lúcio: “Me sentía sin esperanzas y frustrado. No era capaz de proveer como padre ni cumplir con las promesas que le había hecho una vez a mi esposa. Me quedé sin fuerzas.”

Silvia: “Me deprimí mucho y me veía llorando siempre. Fue por este tiempo que comenzamos a asistir al Centro de Ayuda UCKG. Fue a través de la iglesia que conocí el poder verdadero de Dios. Mi inteligencia se despertó y nació en mí la indignación.”

Lúcio: “A través de mi fe en Dios, todo se transformó en mi vida. Descubrí una fortaleza nueva y pude ver una dirección clara.”

Silvia: “En los primeros seis meses, no hubo una diferencia tangible en mi vida, sin embargo, sentía paz interior y era feliz. Tenía la certeza de que todo iría bien. Comencé a depender de Dios y a partir de ese momento, las puertas comenzaron a abrirse.”

 

A través de un pacto que hice con Dios, pude cumplir con mis deseos. Comencé mi negocio de moda de hombre y me va muy bien. Es reconocida y famosa en muchas partes.

Tenemos una casa de tres pisos con piscina y viajamos por el mundo a menudo. Hoy, tenemos una vida abundante y plena. En nuestra familia y en nuestro hogar reina la paz y la luz.”

  

Lúcio: “Cuando Dios hace Su parte y nosotros hacemos nuestra parte, es el principio de un cambio”

Lúcio y Silvia Remolli