Utilicé el aceite y me favoreció

de ninguna manera, Fue muy horrible, situación del pasado,

oneisha

¿Qué podría ser peor que vivir una vida positiva pero atormentada por el pasado? Cuando Oniesha Palmer se enfrentó a esta situación decidió poner su fe a prueba en vez de entrar en pánico o desmoronarse. Sigue leyendo para averiguar lo que sucedió después.

“En Noviembre del año pasado, antes de conocer a Dios y el Centro de Ayuda, surgió una situación del pasado y fue un gran contratiempo para mi vida spiritual. Me denunciaron por robar y por lesiones corporales graves. Si me condenaban, tendría que pasar un mínimo de dos años en la cárcel.

Acabé quedándome dos noches en una celda de la policía. Fue muy horrible. Se supone que no debería salir hasta el 30 de enero. Abrí un ayuno, no comí durante esas dos noches y determiné que saldría fuese como fuese. Mi madre buscó un abogado, quien consiguió que pudiera salir bajo fianza desde noviembre hasta el día del juicio en enero.

Fue duro para mí. Estaba indignada porque mi familia creía que me declararían culpable debido a los testigos y las evidencias que había en mi contra. Mi familia estaba cargada de emociones y me resultaba difícil seguir en la fe. Además, yo era líder y tenía un equipo por atender. No sabía cómo explicarles nada de esto, pero, a pesar de todo eso, perseveré y clamé a Dios. Dije: “No puedes dejar que esto me ocurra de ninguna manera. Me alejé de esa vida para tener una vida Contigo, ¡Esto no lo tolero!”

Una campaña, que es un programa con el objetivo de superar un problema, llegó en diciembre y di mi todo. Después hice algunos sacrificios y me volví más activa en el Centro de Ayuda. El deseo en mi interior era intenso, y nunca me deshice de él. Mi petición era llegar a ser un testimonio.

Comencé a asistir a las reuniones de los Casos Imposibles de las 7 de la mañana. Traía mi aceite para bendecirlo durante la reunión. A medianoche, me iba afuera y oraba usando mi fe. Al utilizar el aceite, determinaba que cuando entrara en la sala del juzgado, la presencia de Dios estaría allí.”

Oniesha siguió utilizando su fe y aceptando el consejo que recibía en las reuniones de los domingos del Centro de Ayuda hasta el día del juicio.

“El día del juicio llegó y mi abogado dijo: ‘Espera lo peor. Lo mínimo que pude conseguirte fueron dos años de cárcel.’ Mi madre comenzó a llorar cuando escuchó esto. Ungí mis manos con el aceite y me puse una camiseta blanca bendecida que me habían dado en la reunión de viernes.”

“Al final, mis oraciones fueron respondidas, y me dieron la libertad con todos los cargos retirados. ¡Ninguno de la fiscalía se presentó, por lo tanto, el juicio no se pudo llevar a cabo! A pesar de las evidencias y de todas las emociones, Dios manifestó Su poder pero solo por mi fe.”

Oniesha Palmer

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