Una palabra me trajo hasta aquí

la persona más cariñosa, mi futuro marido, una relación inestable,

Una palabra me trajo hasta aquí

Sharlene Gentzmann ha pasado por muchas dificultades. Su pasado estaba lleno de mentiras, engaños, drogas y alcohol. Aquí, ella comparte su historia y el por qué el evento ‘1 palabra’ es para ella.

“Me mentía tanto que comencé a creer en mis propias mentiras. Les mentía a todos, incluso a aquellos que más amaba. Les robaba dinero a mis padres y engañaba a mi novio de aquel entonces, que era, de hecho, la persona más cariñosa que jamás había conocido. Le hice cosas horribles y, sin remordimientos, presumía con orgullo de todo lo que hacía.

“Mi amiga y yo robábamos cosas de los centros comerciales y salíamos toda la noche. Nos emborrachábamos, despertábamos en los bancos de los parques y en casa de extraños. Lo peor era que apenas tenía 15 años cuando hacía todo esto. Era tan peligroso e imprudente que se aprovecharon de mi dos veces.

“Me mudé sola a Austria a los 16 años. Aunque haya aterrizado en un aprendizaje de un hotel muy bueno, las cosas no me fueron muy bien. Arriesgué mi trabajo debido a mis borracheras y mi primera relación, la cual me llevó a cuatro años de estar obsesionada con las drogas. ¡Estaba viciada!

“Si no fumaba hierba hasta el mediodía, sufría de síntomas de abstinencia. Me iba del trabajo para ir a casa y fumar rapidito, después regresaba al hotel. Mi obsesión era tan horrible que antes de cumplir 17 años, ya consumía drogas más fuertes, tales como hongos alucinógenos, cocaína y éxtasis.

“Me mudé a Londres a los 20 años, pero el cambio de país no detuvo el estilo de vida destructivo que llevaba. La mayoría de las noches, no tenía ni idea de cómo encontraba mi camino a casa, de hecho, no siempre llegaba. Me despertaba en la calle, en el hospital o los conductores de autobuses me despertaban en la última parada. Con el tiempo, me echaron porque me emborraché en el trabajo.

“Uno de mis momentos más bajos fue cuando me vi a mi misma en una relación inestable. Él era agresivo y me hacía creer que merecía ser tratada de ese modo. Aunque nunca había orado antes, clamé a Dios por ayuda, sin la seguridad de que escucharía a alguien como yo.”

Unos días más tarde, Sharlene, sin darse cuenta, escuchó una palabra que incitaría el comienzo del cambio por el que ella había clamado.

“Había alguien del UCKG en la calle hablando de cómo Dios puede cambiar vidas y a mí, me parecía ridículo y pensaba que este hombre estaba loco, pero mi novio de aquel entonces escuchó atentamente y decidimos aceptar la invitación a la iglesia. Cuando llegó el día, acabé no yendo porque me sentía mal, pero le dije a mi novio que fuera y fue.

“Regresó diferente. Estaba contento y me contó lo maravilloso que era, pero yo no estaba interesada. Él siguió yendo y pasaba tanto tiempo allí que empezó a molestarme. No obstante, no podía negar que estaba cambiando para mejor. Un día lo llevé hasta allí, no pretendía entrar, pero lo hice por curiosidad. Cuando entré no me gustó nada, me asustaba ver a las personas gritar hacia el aire.

“Sin embargo, cuando una obrera se acercó y oró por mí, sentí como si supiera toda mi historia. Las lágrimas rodaron por mi rostro. Nunca me olvidaré de ese momento. Aquellas palabras me marcaron.

“Seguí asistiendo, y paulatinamente, unos meses más tarde, ya no asistía para agradar a mi novio, sino que lo hacía por mí misma. Me eché de lleno en una Campaña de Israel por primera vez. ¡Las palabras que escuché en aquella oración cambiaron la dirección de mi vida!

“Me llevó un tiempo, perseverancia y confianza hasta aceptar ayuda, pero Dios me transformó para mejor. Ahora, no pienso ni en fumar ni en beber alcohol. Ya no estoy en esa relación abusiva. Sé el valor que tengo y decidí reservarme para mi futuro marido. La palabra ‘mentira’ ya no existe en mi vocabulario. Tengo buenos amigos que confían en mí, y me reconcilié con mis padres.

“Hoy, estoy estudiando en una universidad muy buena y tengo un empleo maravilloso. Pero eso no se compara al sentimiento que tengo por dentro, la paz que Dios ha instalado en mi es lo mejor de todo. Una palabra incitó el cambio que me trajo a donde estoy hoy, pero sé que todavía tengo que seguir luchando. ¡Por eso estaré en el evento ‘1 palabra’!

Sharlene Gentzmann

Deixe um comentário