¿Cómo compites con una estrella del porno?

todos los días, triste e infeliz, uso de drogas,

Screen Shot 2017-11-01 at 16.26.06Los murmullos que escucho abajo se hacen cada vez más altos hasta que las palabras son inconfundibles y la casa se llena de insultos. Me siento en el suelo de mi habitación, abrazando mis piernas y preguntándome si alguna vez irían a parar. Tengo miedo. Nunca antes solían discutir de esta manera, de hecho, nunca los había escuchado ni visto. Ahora es a diario y por pequeñeces.

La felicidad en mi casa no existía. Mi madre lo pasaba muy mal en su matrimonio debido al vicio y a la infidelidad de mi padre. Encontrar una sonrisa en su rostro era como encontrar una aguja en un pajar. Esto comenzó a afectarnos un montón. ¿Qué amor nos iba a dar si siempre estaba triste e infeliz?

Yo siempre estaba enfadada. La relación con mis hermanos era muy fría. Me afectaba mucho la relación distorsionada que tenían mis padres.

Cuando crecí, mi vida se convirtió en una repetición de la vida de mis padres. Mi primera relación era exactamente como la de mis padres, llena de discusiones e infelicidad. ¡Era como si estuviera reviviendo la vida de mi madre!

Una promesa hecha sin pensar se quiebra fácilmente.

Me separé de él, me fui con un corazón frío y pesado y, desde ese momento, decidí que las relaciones serias no eran para mí. Eso ocurrió justo cuando conocí a Ricardo. Comenzamos a salir, a conversar después de habernos conocido en la fiesta donde él estaba de DJ. Sin embargo, no pasó mucho tiempo cuando supe de sus aventuras de fiestas y uso de drogas. ¿Cómo pude caer en la misma situación otra vez?

Esta vez mis hijos también eran testigos de los problemas que tenía con Ricardo, así como yo lo era con mis padres.

Su costumbre de mentir y el vicio a la pornografía nos separaban. Yo me volví insegura y paranoica, me sentía fea y sin valor ninguno. “Voy a salir con mis hermanos,” me decía. ¿Pero cómo podía confiar en él? Estaba permitiendo que me hicieran daño otra vez. Vivimos así durante casi dos años antes de que todo cambiara.

¡Si está roto, arréglalo!

Una amiga sabía de nuestros problemas e hizo lo que cualquier amiga haría, intentó ayudarnos. Nunca me voy a olvidar de ese gesto de amor porque nos llevó a un lugar que cambió nuestras vidas para siempre. Gracias a Dios que Ricardo y yo queríamos que las cosas funcionasen entre nosotros, simplemente no sabíamos cómo hacerlo.

Yo ya había tocado fondo. Entonces fuimos a este Centro de Ayuda UCKG. Cuanto más veníamos, más cambiaban las cosas, no solo en nuestra relación sino que también en mi misma. Me di cuenta que toleraba más las cosas, ya no estallaba de ira, sino que me controlaba y era más paciente. Funcionó ir a este lugar. Dios estaba trabajando en nuestras vidas y yo se Lo permití. Un asesor espiritual también nos ayudó mucho. Sé que su apoyo y orientación jugó un gran papel en nuestra transformación y siempre estaré muy agradecida.

Ricardo y yo cambiamos juntos, de la mano. Ya no soy insegura y él ya no es el hombre que yo conocí aquel día. Hemos sellado nuestra relación con el lazo inquebrantable del matrimonio y ya pasaron cinco años. Somos una asociación. Lo amo y confío en él. Nunca pensé que podría ser feliz en mi matrimonio pero ahora puedo porque vivo este sueño todos los días.

Sandra Vasconcelos

Deixe um comentário