¡Fui creada para brillar!

cuando crees en Dios, todo el tiempo, una enorme tristeza,

 

¡Fui creada para brillar!“Estuve desesperadamente buscando mi felicidad”.

La felicidad parecía fuera de mi alcance, algo que no podía obtener. Pasé mis días compadeciéndome de mi estado y envidiando a quienes parecían tener lo que yo quería. Tenia una enorme tristeza que cubrió todo mi ser.

La ausencia y la falta de atención de parte de mi padre hacia mi cuando era niña me dejó con anhelos de mas afecto en mi adolescencia, mi madre siempre trabajo para ayudarme, hubo ocasiones en que me sentía extremadamente sola.

Cuando era adolescente, ‘¿El por qué?’ Se convirtió en mi himno, ‘por qué me dolía el alma, por qué me dolía tanto, por qué me agobiaba el vacío – ¿Debería acabar con mi vida o había una manera de impedir ese circulo vicioso en el que se había convertido mi vida?, mi respuesta llegó gracias a la Iglesia Universal, fue allí donde aprendí que era posible hacer cambios positivos en mi vida, y la primera Vigilia nocturna de Año Nuevo a la que asistí se convirtió en la confirmación que necesitaba; la cual era  que la respuesta estuvo dentro de mí todo el tiempo: me hicieron brillar, estaba destinada a vivir una vida próspera.

Terminar con mi vida ya no era una opción para mi y la ira que había crecido lentamente se evaporó para bien. La Vigilia Nocturna marcó un nuevo comienzo y la Iglesia Universal se convirtió en un motivo de vida mas para mi. Todo lo que había estado buscando desesperadamente estaba ahora en mí y conmigo. La duda, las lágrimas, el dolor y la frustración se convirtieron en algo obsoleto para mi y en cambio me centré en fortalecer mi fe en Dios. Hice todo lo que estaba bajo mi control para conectarme con su poder.

Fue en la Iglesia Universal que descubrí y aprendí sobre el poder de la fe, este fue el único lugar que me aceptó y que no tenía ningún juicio sobre mi. Mi pasado ya no importaba y por primera vez en mucho tiempo estuve llena de esperanza. Me animaron a creer que mi vida podía cambiar, aunque no era donde quería que estuviera. Persistí lo suficiente como para experimentar mi verdad, la verdad que me mostró: cuando crees en Dios, lo imposible puede suceder.

Nunca diría que el proceso se realizó sin momentos difíciles, por supuesto, hubo ocasiones en que cuestioné mi progreso; sin embargo, el sistema de apoyo que encontré en el la Iglesia Universal y las promesas de Dios me llevaron a salir de la jaula que había creado para mí. Ahora soy libre. Las cosas a mi alrededor no siempre van bien, pero mi fe y mi armonía nunca se ven comprometidas. No cambiaría esta paz interior por nada “.

Anifa Da Silva

 

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