ese tipo de carácter, no es nada bueno, no hacen nada por Dios,
“¡Usted es tan guapa! Me encanta su forma de vestir… Puede quedarse con mi asiento. Le gustaría tomar un te, café o quiere que le compre un nuevo par de zapatos? ¡Claro Cris, lo que usted quiera, yo lo hago por usted!”
¿Ya conoces a ese tipo de personas así, que siempre están tratando de agradarte? Yo no estoy hablando de las azafatas, sino de aquellas personas que están constantemente extrapolándose para ser amigas tuyas – no para servirte y sí para recibir algo de ti. Está claro que es siempre bueno agradar a las personas, pero cuando solamente eres agradable para recibir algo a cambio, ¡no es nada bueno!
Quitando lo que es obvio, es decir, las intenciones equivocadas, también te puedes dar cuenta que esas personas probablemente no tienen una buena relación con Dios. Mientras lo hacen todo por los otros, no hacen nada por Dios. Mienten para mantener las apariencias, fingen ser personas felices y muy espirituales, roban, pero dan bastantes regalos, hacen cualquier cosa para ser amiga tuyas, pero no lo son y nunca lo fueron. Sí, sí, no lo son. Sí, ellas hacen, pero no lo son.
Este es el mayor problema que esas personas tienen. Les gusta hacer mucho para que en el fondo no tengan que ser mucho. Es como aquellas mujeres que comen una hojita de lechuga en el almuerzo y están siempre reclamando que no saben por qué están engordando, pero cuando están a solas, comen como si no hubiera un mañana – ¡ábreles el bolso y te sorprenderás!
¿Será que Dios puede honrar a los impostores o mentirosos? ¿Será que ellas consiguen vivir engañando a todos? No, mil veces no. Dios conoce los corazones y no puede bendecir, no importa cuanto trabajen o se sacrifiquen por Él. Y en lo que se refiere a seguir engañando a todos… déjame decirte que la mayoría de las veces, yo consigo ver ese tipo de carácter a un kilómetro de distancia, sólo que prefiero fingir que no lo he visto. Si yo lo percibo, creo que la mayoría de las personas también lo perciben.
Deixe um comentário