PERDIDA EN EL MEDIO DE LA TORMENTA

Con el tiempo, el mismo estilo de vida, la atención de Dios, nadie me entendía, una persona nueva,

Screen Shot 2017-07-13 at 09.54.15

A pesar de venir de una familia bien estructurada, con buenas condiciones financieras y una niñez estable, Rosangela Gozi era una persona muy estresada y extremadamente ansiosa.

“Quería ser tan libre como un pájaro y vivir mi vida. No me gustaba justificarme con nadie, pues nadie me entendía. Comencé a salir con un amigo de mi hermano y todo iba bien, hasta que descubrí que su ex novia había hecho brujería contra mi para que yo fuese infeliz.

Con el tiempo, las tempestades se volvieron contra mí. Me volví muy triste, desanimada, deprimida y hasta contemplaba el suicidio. Sin embargo, no tenía el coraje de matarme. Cuando me casé con mi novio, pensé que sería feliz y por fin podría acabar con mi angustia. Pero, para mi sorpresa, mi marido quería vivir una vida de soltero y yo acababa quedándome sola en casa. En nuestras discusiones y desacuerdos, yo lo atacaba, por lo que llegamos a la conclusión de que el divorcio era la mejor opción.

Decidí venir a Londres para comenzar una vida nueva, pero aquella tristeza y vacío que llevaba por dentro me cicatrizó bastante. Trasnochaba, festejaba, amigos – nada parecía llenar ese vacío. Pasé cuatro años asistiendo al Centro de Ayuda UCKG, pero sin tomármelo en serio.

Me sentía bien después de las reuniones, pero seguía viviendo el mismo estilo de vida. Hasta participaba de los propósitos de fe, pero sólo porque veía que los demás lo hacían. Esa era la manera equivocada de hacerlo, y por eso no veía resultados significativos. No obstante, nació una gran insatisfacción en mi interior. Veía que todos eran bendecidos y mi vida seguía igual.

Esta indignación crecía y me llevó a hacer lo que nunca había hecho. Dejé mi vida nocturna atrás e hice un voto que llamó la atención de Dios. Las noches sin dormir, el orgullo que dominaba mis decisiones, y toda la ansiedad que tenía quedó en el pasado.

Estaba segura de que las tempestades fueron vencidas y sabía que Dios me respondería. Una semana más tarde, hubo una cambio radical en mi comportamiento. Hoy, soy una persona nueva. Tengo paz interior, una gran relación con mis padres y ayudo a las personas que están en medio de la tormenta, tal y como yo lo estaba.

Rosângela Gozi

Deixe um comentário