¡Logrado el éxito financiero!

la primera vez, para el futuro, poder de Dios, resolver nuestros problemas, Templo de Salomón, un gran obstáculo, una vida en abundancia,

IMG_1704Ella era católica y él era musulmán; era como un romance relámpago que pronto se convirtió en un caso imposible. Así como muchas parejas, la Fabiana brasilera y su novio iraní, Sharokh, tenían grandes expectativas para el futuro, pero unos meses más tarde la relación comenzó a agrietarse. Sus diferencias, sin embargo, no los detuvieron a la hora de dar el sí. No obstante, el fraude, la enfermedad, la pérdida, el suicidio y una muralla insuperable de deudas, puso tanta presión en su relación que al final parecía inminente.

¿Dónde estaba este Dios del que había escuchado hablar? ¿Por qué no venía a ayudarla? ¿No podía ver que estaba sufriendo? ¿o será que estos problemas eran la cruz que debía soportar?

Preocupada y llorando, Fabiana se sentó en el bus número 4, desesperada por ver algún tipo de señal o intervención divina, de repente, el autobús se rompió justo fuera de 232 Seven Sisters road. Cuando miró por la ventana, el Teatro Rainbow se alzó sobre ella y algo la atrajo hacia el edificio.

“Pasé muchas veces por este lugar, pero no sabía que era una iglesia,” dijo ella, recordando la primera vez que entró en el UCKG. “Lloraba porque por ese tiempo, mi marido quería suicidarse debido a que fuimos víctimas de un fraude que nos había dejado profundamente endeudados y no sabíamos cómo salir de todo esto. Al mismo tiempo, tenía que esperar tres meses por mis documentos. Todo nos salía mal.. No sabía qué hacer.”

Fabiana habló con un pastor que desafió su fe de una manera que jamás había experimentado. “Él oró y me dijo que mis documentos llegarían más pronto y que solo creyera y tuviera fe en Dios. ‘No es posible que fuera tan simple’, pensé. Pensé que estaba loco. Pero tal y como dijo, sucedió. Eso fue increíble. Tenía que regresar a este lugar. Era algo totalmente diferente a lo que jamás había visto y escuchado como católica. Aquí, Dios era alcanzable y muy real, tuve que quedarme.”
Fabiana fue motivada a dejar de concentrarse en lo que le mostraba su corazón y las circunstancias, y a concentrarse solo en la palabra de Dios y Sus promesas y a poner su fe en acción. A medida que asistía a las reuniones, lo que escuchaba despertó su fe y amplió su visión.

“El plan de Dios no era que yo sufriera. Él prometió una vida en abundancia – sí, yo tendría que remangarme y luchar, pero ¡estaba preparada a hacerlo! Pasaron los meses y vi tantos cambios en mí, en mi matrimonio y en nuestras vidas en general que mi marido también vino al UCKG. Juntos, comenzamos a construir nuestras vidas con un propósito de fe al otro, y una cadena de oración a la otra. Las cosas se veían bien hasta que mi marido cayó enfermo.”

Sharokh fue diagnosticado con una enfermedad inflamatoria intestinal severa, una condición que afecta el colon y el intestino pequeño. A pesar de sus mejores esfuerzos, todo lo que los médicos pudieron hacer fue recetar medicamentos para calmar el dolor y el malestar.

“Fue un choque para mi sistema. Al principio, me puse triste y estaba preocupada pero no desesperada como solía ponerme. Podíamos aceptar la situación y la enfermedad, la cual era como una sentencia de muerte sobre nuestras vidas, o contraatacar. ¡Elegimos luchar y participar de la Campaña! Esta fue uno de nuestros primeros encuentros con el sacrificio y con el poder de Dios de una manera grandiosa. Pusimos nuestra fe sobre el altar y volvimos a hacer exámenes.”

Sharokh recibió la luz verde de los médicos. “¡Esto fue la prueba de que el sacrificio funcionó!” Fabiana dijo con emoción. Sharokh recibió la luz verde de los médicos. “¡Esto fue la prueba de que el sacrificio funcionó!” Fabiana dijo con emoción. “Participamos de otras Campañas y vimos resultados positivos, pero no lo hicimos con la misma intensidad que antes. Mirando atrás, entiendo que solo cuando presentas un sacrificio perfecto, lo que Dios te pide, puedes recibir la respuesta que buscas. Si pones cualquier cosa sobre el altar, recibirás cualquier cosa. Pienso que ese fue nuestro error. Por este tiempo, estábamos viviendo una ‘vida bien’, pero no nos satisfacía.

Teníamos planes para el futuro y, aunque trabajábamos en función de ellos, nunca se cumplían como queríamos. Era como si hubiese un gran obstáculo o una resistencia impidiendo nuestro progreso, a pesar de nuestros esfuerzos.

Queríamos abrir una empresa de importación/exportación y ser estables económicamente, sobre todo después de la pérdida de nuestro segundo hijo. Hubo unas cuantas complicaciones durante mi embarazo y acabé perdiendo el bebé. Esa pérdida fue un gran golpe para nosotros. No podíamos financiar la atención que necesitaba y esta limitación trajo una indignación en nosotros que nos negamos a seguir viviendo una ‘vida bien’. Mi marido y yo prometimos sacrificar como nunca antes. Si Dios había hecho lo imposible en nuestras vidas antes, podía hacerlo de nuevo, pero dependía de nosotros.”

Cuando vino la Campaña del Templo de Salomón en julio de este año, la indignación de Gedeón se convirtió en el pedido de Fabiana y Sharokh ante de Dios. “Si el Señor está con nosotros,  ¿por qué nos ha ocurrido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas que nuestros padres nos han contado…” (Jueces 6:13)

“Nos zambullimos totalmente en esta Campaña. Teníamos la certeza de que Dios respondería. Recuerdo que teníamos muchas facturas por pagar, pero no teníamos suficiente. Nos sentamos y dijimos que era hora de clamar a Dios y hacer algo grande. Decidimos sacrificar y presentarle todo lo que éramos y todo lo que teníamos a Dios.

Sacrificamos con la seguridad de que Dios transformaría nuestras finanzas, así como cambió la salud de mi marido. Lo que teníamos no podía resolver nuestros problemas ni cambiar la calidad de nuestras vidas, por lo tanto, era lógico intercambiarlo con lo que Dios había prometido. Nuestra fe era que le daríamos a Dios lo que teníamos a cambio de lo que Él planeó. Sabíamos que sería difícil, pero creímos en lo que estábamos haciendo. Nadie nos dijo que lo hiciéramos. Esto fue entre nosotros y el altar. 

Al principio, no sabíamos cómo mi marido iría al trabajo ni como cambiarían las cosas, pero confiamos en el altar y estábamos seguros de nuestro sacrificio.”

Poco después, comenzaron a ocurrir cosas inesperadas.

“Fue como si aquella resistencia a la que nos enfrentábamos hubiese caído. La primera señal fue que recibimos un coche, después recibimos una suma de dinero inesperada ¡No lo podíamos creer! Justo después de eso, una batalla de cinco años en los tribunales fue juzgada a mi favor y recibimos miles de libras de indemnización. ¡Esto fue algo por lo que había luchado tanto que acabé ignorándolo! A parte de eso, hace poco, conseguimos abrir nuestra empresa de importación/exportación y las cosas nos van muy bien.

Esta Campaña abrió puertas que pensamos que eran imposibles y puso nuestras vidas por un camino nuevo. Hoy cosechamos los frutos de lo que plantamos en el   altar. ¡El sacrificio funciona! Lo hemos visto con nuestros propios ojos.”

Fabiana Hatami

Deixe um comentário