empresa de construcción, la realización de su sueño, No podía ni hablar,
Imagínate que paras tu coche en el semáforo rojo y un Maserati se para a tu lado. Pero en vez de un joven millonario a la última moda, es una mujer de 73 años de edad en el asiento del conductor. Pues bien, eso es exactamente el caso de Gugu Naomi, que tiene más coches de lo necesario. Cuando se involucra la fe, nada es imposible. Sigue leyendo para ver cómo pasó de un comienzo humilde a la realización de su sueño más salvaje.
“Crecí en Greytown, Sudáfrica, en una granja. Éramos ocho en mi familia. Conocí a mi marido en la escuela primaria. Nuestra boda fue preciosa. Mi marido era taxista y poseía muchos taxis; era muy próspero. Yo enseñaba, y todo nos iba bien, al principio.
Mi marido encontró otra mujer, se casó con ella y me echó. Mis cuatro hijos y yo tuvimos que vivir en una casa pequeña de alquiler. Yo estaba muy estresada, y eso me causó una apoplejía. No podía ni hablar.
Mis hijos me enviaron a curanderos, a profetas, a médicos pero todos fracasaron. Eso fue hasta que me encontré con una vieja amiga que me dijo que fuera al Centro de Ayuda UCKG. Me dijo que llevara una botella de agua. Hice lo que me dijo y fui. Ese fue el día que mi cuerpo fue restaurado.
Comencé a asistir a las reuniones de las 6 de la mañana de la iglesia. El pastor nos aconsejó que fuéramos fieles en nuestros sacrificios, ofrendas y diezmos. Lo peor es que siempre que llegaba la campaña, metía 100 Raunds (£6)en mi sobre. ‘Dios sabe’, pensaba para mi. ‘No tengo marido, gano muy poco, y mis hijos están estudiando.’ Solía clamar a Dios que debía tener misericordia porque Él sabía. Pero yo estaba equivocada. Yo era infiel.
Como resultado, perdí mi trabajo, puesto que limpiaba en un hospital. Mi jefe me dio el cheque de mi pensión, y me dirijí directamente a la iglesia. Ni siquiera tenía el sobre de la campaña, simplemente puse el cheque sobre el Altar.
Después de la campaña vinieron lluvias de bendiciones. Edifiqué una gran empresa de construcción, la cual hizo el contrato de construir el aeropuerto internacional del Rey Shaka. Con el dinero que recibimos de ese contrato, mis hijos construyeron una casa enorme para mi. Tengo una camioneta de cinco toneladas y 14 coches, incluyendo un Jaguar, un Audi S3 y un Hummer.
Tengo siete casas grandes y tres ofertas de negocios – un jardín botánico, una escuela de primaria y un centro juvenil. Acabo de garantizar otra oferta de 11,7253,18 Rands (más de £68 millones).
Hoy tengo una vida tranquila. Tengo paz en mi corazón. Recibí el Espíritu Santo y perdoné a mi marido. Mis hijos me adoran. Me tratan como una reina. Soy la reina de mi casa.”
Gugu Msomi
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