ERA ADICTO HASTA QUE PEDÍ

era como una bomba, la presencia de Dios, no poder dormir,


ERA ADICTO HASTA QUE PEDÍ¡C
aos! Esa es la única palabra que puedo utilizar para describir el estado en que estaba mi vida. ¡Consumía alcohol y fumaba diariamente y era como una bomba a punto de explotar! Si alguien trataba de corregirme, todo lo que recibían de vuelta era puro abuso verbal. Hasta mi madre temía hablar conmigo debido a la reacción agresiva con la que siempre le respondía.

El dinero se me iba de las manos debido a la bebida. Esta actitud causaba un efecto negativo masivo en mi vida sentimental. Poco después, los cigarros ya no me llenaban por lo que pasé a fumar marihuana hasta el punto de no poder dormir si no me fumaba un porro antes.

A pesar de tener un trabajo, gastaba más de lo que ganaba, perdía mucho tiempo fumando y bebiendo con gente que creía que eran “amigos” y al final de mes nunca tenía dinero para pagar mis facturas ni para comprar comida para la casa, por lo que acababa pidiéndole a familiares y amigos.

Mi pareja trataba de hablar conmigo, para hacerme reconocer que estaba gastando demasiado en los vicios pero esto solo añadía más combustible a nuestras peleas. Yo ignoraba todo lo que me decía. Mi hermana siempre me invitaba al Centro de Ayuda UCKG, pero por ser tan terco, siempre la rechazaba, aunque ella nunca desistió. Yo, de ignorante, pensaba que el UCKG no era más que una organización que le robaba el dinero a la gente.

Recuerdo que un día me desperté un domingo con el deseo de ir a la iglesia. Estaba tan determinado que cuando mi pareja trató de oponerse, le dije valientemente que iba con o sin ella. Ella se sorprendió tanto que vino conmigo.

En el Centro de Ayuda, comencé a ver cambios en mi carácter. Los mensajes que escuchaba en las reuniones me animaron a cambiar de vida.

helder2Comencé a lidiar con las cosas de una manera diferente. Ya no me enfadaba tan fácilmente, empecé a sentirme mucho más tranquilo. Pero yo quería un cambio completo, quería ser nuevo, entonces mi pareja y yo decidimos bautizarnos y, a partir de ese día, dejé de fumar marihuana y de beber alcohol.

Después, comencé a utilizar mi fe como me enseñaron en las reuniones. Llegó el Ayuno de Daniel, el cual es un propósito anual para aquellos que desean conocer a Dios más profundamente. Una oportunidad para ser totalmente renovado, de adentro a fuera. Decidí cambiar las malas compañías por la compañía y la presencia de Dios. Mi gran día llegó cuando recibí el derramamiento del Espíritu Santo. La plenitud de esa transformación sucedió.

¡Mi conciencia esta limpia! Soy libre de todos los vicios, soy un hombre totalmente nuevo, con auto control, feliz y un hombre de familia. También honré a mi pareja después de haber estado juntos durante tanto tiempo, casándome con ella.

Helder Faria

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