Confía

En ese momento, regreso a Londres, un cielo azul,

ConfíaHice una reunión en Irlanda una vez y, el día de regreso a Londres, me di cuenta que el cielo estaba nublado y gris, parecía que iba a llover a cántaros. Lo primero que pensé fue, “Hmm… ¡está lloviendo en Londres!”

Llevo en el Reino Unido desde 1998 (Fui a África dos veces en esos años), y el haber nacido en Rio de Janeiro, una de las cosas que más hecho de menos (lo cual, por cierto, son muy pocas cosas) es el sol.

Creo que el sol hace que la gente sea más feliz, más optimista, más vivaz. No es de extrañar, que después de crear la tierra, Dios dijo “Que se haga la luz”.

Saqué la foto de la derecha cuando estaba en el avión, y podemos ver que las nubes que cubrían la ciudad estaban escondiendo un cielo azul sin fin que SIEMPRE está en el mismo lugar.

Es verdad que hay días que las nubes están más oscuras y más pesadas por la lluvia, más de lo normal, a veces están más bajas, a veces están altas, pero la verdad es:

Las nubes son transitorias, pero el cielo azul es permanente.

Supongo que ya sabes esto ¿verdad? Pero ¿cuántas veces, aquellos que son de Dios acaban olvidando que por encima de los problemas y de las dificultades que experimentan (las nubes), hay un Dios maravilloso e infinito que puede hacer desaparecer estas “nubes” mediante el poder de Sus palabras?

Las nubes, o sea, los problemas vienen y van, pero el cielo bonito y maravilloso siempre está ahí. Durante el día, es un tono maravilloso de color azul que nos deja fascinados de las grandezas de Dios, durante la noche está tan lleno de estrellas que es imposible contarlas ¿Piensas que Abraham consiguió contar las estrellas aquella noche?* 🙂

Esto me recuerda los testimonios maravillosos de las personas que han participado de la Campaña de Israel e hicieron sacrificios grandes. En ese momento, puede que estubieran preocupados de cómo Dios iba a proveer para ellos, pero usaron su fe y sacrificaron, a pesar de que el cielo estaba nublado. ¿Pero por qué sacrificaron?

Porque imaginaron su testimonio y estaban seguros de que por encima de las nubes estaban las promesas de Dios, quien no puede equivocarse. El sol brillaría sobre ellos.

Y hoy, cuando hablan de los sacrificios grandes que hicieron, tienen una sonrisa en sus rostros porque saben que todo lo que hicieron valió la pena. De hecho, están preparados a hacer sacrificios más grandes porque aprendieron la receta del éxito.
Esta es nuestra fe.

“Los que confían en el Señor son como el monte Sion, que es inconmovible, que permanece para siempre.” (Salmo 125.1)

El Señor Jesús sabía que pasaría hambre por poco tiempo, pues los ángeles le servirían.

¿Estás pasando por un momento dificil ahora mismo? Confía en ÉL y utiliza tu fe para deshacerte de las nubes que te están impidiendo ver la grandeza de Dios.

Que Dios te bendiga,

Ob Celso Junior

 

P.S. ¡Cuando llegué a Londres, el sol estaba brillando!

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