Una decisión que cambió mi vida

con todas mis fuerzas, entre mis amigos, hoy soy muy feliz,

Una decisión que cambió mi vidaEn general todo estaba bien, yo era la niña de papá, siempre estaba rodeada de mi familia, nos apoyábamos unos a los otros, pero de un momento al otro todo se volcó y empezaron los problemas en casa…

Mi padre empezó a salir todos los fines de semana con sus amigos, a veces salía el viernes y llegaba el domingo y eso causaba peleas horribles entre él y mi madre., tanto que uno de ellos siempre acababa en la sala de emergencias. Llegué a odiar a mi padre con todas mis fuerzas al ver el sufrimiento de mi madre.

Cuando tenía 10 años mi padre se puso muy enfermo debido a la vida que llevaba y pasó por muchas operaciones en las que en una de ellas casi pierde la vida. A raíz de estas operaciones nuestra vida financiera calló en pico, mi madre trabajaba todo el día y todos los días de la semana para sustentar a la familia. Mientras estaba ausente y debido a la situación tan frustrante, mi padre comenzó a maltratarme física y verbalmente.

Cuando pensé que las cosas no podrían ir peor, mi madre decidió irse a Londres para encontrar una vida mejor y me dejó con mi padre. Las discusiones entre nosotros eran constantes, lo único que podía hacer era irme a la casa de mi tía y de mi abuela para no tener que vivir con él. En ese entonces ya tenía 13 años y salía con mi prima mayor de 16 años. Me enseñaba como vestir provocativamente. Mi padre no se enteraba mucho pero cuando lo descubría se volvía loco y peleábamos, pero a mi me daba igual.

En el colegio era bastante popular entre mis amigos y profesores y eso me gustaba pero cuando llegaba a casa me encerraba y lloraba hasta quedarme dormida, no entendía por qué mi madre me había dejado en Tenerife con mi padre por lo que acabé odiándola a ella también. En las vacaciones fuimos a visitar a mi madre en Londres, y aunque fui de mala gana, al llegar allí me gustó bastante y lo vi como una oportunidad de empezar de cero.

Cuando regresamos a Tenerife recibimos la noticia de que mi abuela estaba muy enferma, sin pensarlo, me fui a vivir con ella para cuidarla. Era duro ver como sufría y no poder hacer nada por ella, 3 meses después murió y eso me devastó completamente. Aquí fue cuando mi depresión y los ataques de pánico empezaron, veía sombras cuando dormía y no me podía mover en absoluto. Llegó un momento en el que pensé en suicidarme para acabar con todo lo que estaba pasando, me acuerdo que una vez cogí un cuchillo para cortarme las venas pero no tuve el coraje de hacerlo.

Un mes después mi madre me trajo a Londres para vivir con ella. Estaba emocionada pero al mismo tiempo depresiva.

Ella trabajaba todo el día y yo, al no saber el idioma ni teniendo a nadie con quien hablar durante todo el día, me puse peor. Mi madre ya asistía al Centro de Ayuda UCKG, pero yo no quería ir con ella, pensaba que no podrían ayudarme, que sería como todas las otras iglesias a las que había ido.

Los pensamientos de suicidio no dejaban de rondar mi cabeza pero la idea de mi madre llegar a una casa oscura y encontrarme muerta, me aterrorizaba.

Fue mediante la perseverancia de mi madre y de la insistencia de los jóvenes del grupo joven que tomé la decisión que cambió mi vida totalmente. Poco a poco empecé a asistir a las reuniones de los miércoles, viernes y domingos y gracias a las enseñanzas y a los consejos que recibí allí, hoy soy muy feliz. Me bauticé en las aguas y recibí el Espíritu Santo, mi vida empezó a cambiar de una manera radical.

No sufro de depresión ni me dan ataques de pánico, ya superé la muerte de mi abuela y sobre todo, ¡perdoné a mis padres y ahora los quiero muchísimo! Soy quien yo quiero ser y tengo la oportunidad de ayudar a otros jóvenes que pasan y pasaron por cosas similares a las mías.

Shanice Peña

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