¿Quién tiene la culpa?

Jesus, la propia bendición, por lo contrario, un nuevo hombre, una persona miedosa,

culpa

Como estamos viviendo la fe del sacrificio, hoy me gustaría hablar de Jacob, pues nosotras como siervas de Dios no podemos vivir acomodadas, esperando que las cosas sucedan, por lo contrario, tenemos que despertar de ese sueño.

Muchas personas siempre andan buscando culpables para sus fracasos, en el caso de Jacob, ¿quien había de ser culpable por su vida de fugitivo y engañador?

¿Sera que fue culpa de su madre, que lo influyó para engañar a su padre?

¿Tal vez fue culpa del hermano que se dejo comprar y después quería matarlo?

¿O será que las circunstancias fueron las culpables?

¿Cuántos son los siervos de Dios que están llevando la vida, como Jacob hacia, después de todo no estaba tan mal, tenía bienes, familia, pero el sabía que no era la propia bendición, él sabía que el Dios de sus padres aún no era su Dios. Él conocía su verdadera condición de hombre débil, miedoso y sin actitudes.

Hasta cuando el iba a vivir de fantasías, pudiendo ser completo, y viviendo por la mitad? Dejemos de buscar culpables y partir para nuestra lucha con Dios.

Hasta cuando va a alimentar aquel pensamiento, “Yo busco a Dios, soy fiel, me esfuerzo, ayudo a las personas, sé que un día El me va a honrar.” Ese día es usted que lo va hacer llegar, usted lo va a provocar.

Jacob tenía la bendición de su padre, pero él seguía siendo Jacob, un fugitivo, miedoso y engañador, después de luchar con Dios aconteció un cambio , ya no era mas el mismo.

Jacob murió ese día y dio lugar a un nuevo hombre, Israel y allí comenzó una nueva historia.

Dejo de ver avergüenza y se convirtió en un referencial de Dios, ¿no es eso que todas nosotras queremos?

No esta satisfecha con su identidad, su ministerio, su matrimonio, sus hijos, está cansada de ser quien es, una persona miedosa, insegura, anulada, dudosa, que vive a la sombra de su marido, entonces pare de colocar  la culpa a las circunstancias, a las injusticias y en las personas y corra hacia el altar.

Allá es el único lugar donde puede estar a solas con Dios y vencer su lucha de una vez por todas.

Y si no lo hace, usted será la única culpable.

Deixe um comentário