Hogar amargo hogar

El secreto, Escuela del Amor, se han convertido,

mrscris-in2¡Al menos podrías lavar los platos o el baño, pero ni eso haces!

Esa es una escena típica en el ‘Laboratorio’ de la Escuela del Amor. Y como siempre, cada vez, allá va la profesora a  intentar aconsejar a la mujer que no se ayuda.

Voy a ser sincera con usted, a veces cansa. Cansa aconsejar a tantas mujeres que no tienen noción del estrago que están haciendo con sus  propias manos. Es bien cierto aquel versículo en Proverbios:

“La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba.” (Proverbios 14.1)

No es que su marido no pueda ayudarla con los quehaceres de casa, pero es que estos son siempre motivos de pelea.  Sinceramente, yo prefiero tener paz en casa y hacer la cama cada mañana que pelear con Renato por eso. Es más fácil y práctico para mí simplemente hacerla. Aún por encima, si él la hace, no lo hace que a mi me gusta o y tendré que arreglarla de nuevo después.

Son esas tonterías del día-a-día que llevan a muchas esposas a hacer de sus hogares, hogares  amargos. En vez del marido tener placer de volver a casa al final del día, él muchas veces busca trabajo para hacer justamente para quedarse más tiempo fuera.

Ahí ella reclama que él no pasa tanto tiempo con ella… ¿Pero como es que él va a querer quedarse con alguien que sólo vive reclamándole? ¡Las mujeres pervertidas a las que les gustan los hombres casados es que agradecen eso! Ellas saben muy bien hacer el papel de la mujer que aprecia al hombre que no es apreciado por la esposa…

No estoy hablando que el marido no deba ayudar en casa, pero no debemos hacer de eso un problema en nuestro matrimonio. Cuando yo paré de pedir a Renato que me ayudara y comencé a hacer las cosas de casa de bueno grado, con el tiempo, él, por su propia voluntad, comenzó a ayudarme… El secreto aquí es dejar que el marido quiera hacer aquello y no exigir que él lo haga.

¿Qué significa “hogar dulce hogar”? ¿Qué se espera de un lugar dulce, placentero y agradable para vivir? Como mínimo, un ambiente agradable, ¿no es verdad? Pero, ¿cómo puede un ambiente ser agradable si las personas que están en él sólo viven quejándose?¿de que sirve tener una casa tan limpia y organizada si el pobre desgraciado del marido no puede ni mover un vaso del lugar?

Muchas mujeres se han convertido en mujeres  intolerantes con cosas tolerables. Es por lo que esas “insignificancias” acaban abriendo las puertas para la traición, las mentiras, el enfriamiento, los vicios, y las amistades inapropiadas de sus cónyuges.

“Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas que arruinan las viñas, pues nuestras viñas están en flor”. (Cantares 2:15)

Esposas, antes de crear un “problemón” a causa de un “problemita”, preguntese: ¿Será que vale la pena discutir por eso?

Cristiane Cardoso
cristianecardoso.com/es

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