todos los días, un hombre con un sueño, una familia sólida,
Nadie puede hablar de sacrificio sin hablar de cosas GRANDES, porque todo lo que es grande no es barato. Sin embargo, para los que creen es posible tenerlo.
DIOS le mostró las estrellas a Abraham porque, en aquella época, la naturaleza era la gran referencia del poder de la grandeza de DIOS, y no solo las estrellas, sino también la arena del mar.
Hoy, esas estrellas y la arena del mar pueden ser comparadas a casas, autos, grandes empresas, grandes fortunas, una familia sólida, una salud de hierro y el éxito en el amor.
Como el obispo Macedo dice muchas veces, Abraham contempló las estrellas de los cielos y jamás imaginó que esas estrellas, a las cuales él tenía por hábito contemplar, representaban su descendencia y su futuro.
De la misma forma que DIOS le mostró a Abraham las estrellas, hoy por ejemplo Él le muestra el mejor auto de la concesionaria por donde usted pasa todos los días; el mejor departamento en un edificio –quizás usted ya estuvo ahí prestando algún servicio; la mejor cuenta bancaria del banco por el frente del cual usted pasa siempre, o que tal vez incluso trabaja en él. Claro que si usted le pasa esta fe a alguien va a decir que se está volviendo loco.
El propio obispo Macedo, 37 años atrás, cuando decía que predicaría por todo el mundo, fue desacreditado. Imagínese si, en aquella época, él les hubiera dicho a las personas lo que sería la Iglesia Universal hoy. Seguramente habría sido internado en un psiquiátrico. Pero él creyó contra la esperanza.
La Biblia dice que nosotros tenemos que mirar a Abraham, pero hoy también podemos mirar al obispo Macedo. Sus historias se asemejan en todo. Cuando fueron llamados, eran solamente un hombre con un sueño.
En resumen:
Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar. Hebreos 11:12
Gente, vale la pena soñar, porque, por la fe práctica, ¡ese sueño se realiza!
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