¿Estoy bajo control?

falta de atención, un cambio positivo, una buena relación,

¿Estoy bajo control?Si un hábito negativo afecta la forma en que te sientes tanto física como mentalmente, y se convierte gradualmente en una rutina interminable, puede ser difícil dejar de hacerlo porque la necesidad comienza a controlarte. En este caso, ¿quién tiene el poder?

“Crecí en Angola con mi madre y mis hermanos. Ser joven y ver a mis amigos tener a sus padres cerca me hizo preguntarme continuamente por qué mi padre no estaba presente en mi vida. Mi madre me decía que él vivía en el Reino Unido. Pero lo que nunca entendí fue por qué no estaba con nosotros o por qué no estábamos con él. ¿No se suponía que éramos una familia? Como no tenía ningún modelo masculino en casa, mi corazón se sentía afligido por la  falta de atención paterna. En consecuencia, prefería  pasármela fuera de casa con los niños más mayores. Estos chicos eran una mala influencia. Fue a través de ellos que fui introducido a la pornografía a una edad temprana.

Algunos años después nos mudamos a Inglaterra para unirnos a mi padre. Lo que pensé que sería la mejor experiencia de mi vida resultó ser todo lo contrario. Descubrí cosas sobre mi padre que me hicieron odiarlo. A raíz de eso, la pornografía se convirtió en mi salida, fue donde encontraba mi satisfacción. Cuanto más lo miraba, más me enganchaba. Cambió mi mentalidad en gran medida puesto que comencé a ver a las chicas como objetos que podía usar.

Cuando noté que estaba afectando otras áreas de mi vida, como mis estudios, traté de parar, pero no tuve éxito porque la necesidad de continuar era mayor que la necesidad de parar. Cada vez que intentaba parar, terminaba volviendo a eso, así que dejé de intentarlo. El problema era que cargaba una profunda tristeza dentro de mí y la pornografía no lo estaba resolviendo ya que el placer que me daba era solo momentáneo.

Sabía que tenía que cambiar mi forma de ser porque vivir así no me estaba permitiendo madurar. ¿Pero cómo? Necesitaba ayuda, no podía hacerlo por mi cuenta. Fue durante este reconocimiento que un amigo me invitó al VYG (Grupo Joven) en la Iglesia Universal. Al asistir al VYG y también a las reuniones de los miércoles, viernes y domingos, aprendí cosas que nunca antes me habían enseñado. Una de estas lecciones fue que no necesitaba esconderme o huir de mis problemas, sino enfrentarme a ellos.

Muchas veces, me daba el gusto de ver pornografía como una vía de escape de mi familia y problemas internos. Solía pensar que mi vida era buena, pero al mirar atrás, me daba cuenta de que en realidad era un desastre, lo que cubría y elegía no pensar en ella. Comencé mi trayecto hacia un cambio positivo admitiéndo primero que tenía un problema. También perdoné a mi padre y solté todo lo que me estaba consumiendo por dentro. Después, comencé a eliminar todo lo que me estaba causando daño.

No fue una decisión fácil de tomar, la parte más difícil fue dejar la pornografía y dormir, ya que se había convertido en una gran parte de mi identidad, pero lo que me permitió defender mi decisión fue mi deseo de ser libre. Estuve en un punto en el que me sentí sofocado por la profunda tristeza dentro de mí, así que participé en una cadena de oración (un programa en el que enfocas tu fuerza en resolver un problema específico a través de una combinación de consejos prácticos, acción y oración), que me ayudó a fortalecer mi mente y, en consecuencia, me dio auto dominio para superar ese hábito. Ahora, ya no me siento deprimido y tampoco siento la necesidad de pretender ser alguien que no soy. Tengo una buena relación con mi familia y soy realmente feliz”.

 Frederico Lucas

Deixe um comentário