La Palabra de Dios, Monte Hermón, Templo para el Señor,
La diferencia entre el fracaso y la derrota está en la milla extra. Ese es el pedacito que muchas personas están dispuestas a ir, y es exactamente esto lo que separa al útil del inútil. La palabra de Dios muestra que el siervo inútil es aquel que hace todo lo que le mandan. La palabra que se utiliza para describir al siervo útil en la Biblia en inglés se traduce como “lucrativo”, o sea, él añade, beneficia. Y cuando solo haces aquello que se espera de ti, no sacas provecho alguno, ¿verdad?
El siervo útil es aquel que sorprende a los demás. Es aquel que sorprende a las personas a su alrededor. Está siempre dispuesto a ir una milla extra con el fin de hacer la diferencia – y para ser honesto, no vemos muchas personas así, ¿no es así?
El rey David es un ejemplo excelente de siervo útil. El decidió construir un Templo para el Señor sin que Dios se lo hubiese pedido. En realidad, Dios se sorprendió con el deseo de David.
Salomón, el hijo de David, también sorprendió a Dios cuando, después de ofrecer más de mil holocaustos al Señor, pidió sabiduría para que pudiese cuidar del pueblo de Dios; y debido a ese tipo de pedido, el Señor le dio más de lo que él jamás había imaginado. La viuda pobre dio sus monedas cuando, en realidad, podría haber ofrendado tan solo una y haber guardado la otra para ella. Al fin y al cabo, todo el mundo entendería, ¿verdad?
El joven rico, en cambio, fue un ejemplo de alguien que no estaba dispuesto a ir aquella milla extra, y acabó perdiendo la cosa más preciosa que se puede tener, que es la vida eterna. A medida que nos preparamos para subir al Monte Hermón con la intención de convertirnos en especiales a los ojos de Dios, asegúrate de ir la milla extra con tu sacrificio. Esta es la milla que va a hacer toda la diferencia. Cuando piensas que ya no consigues ir más allá con tus sacrificios, acuérdate que siempre existe aquella milla extra por caminar, y es esa milla la que va a hacer la diferencia.
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