el fuego de Dios, el principio de los tiempos, el Ășnico y verdadero Dios, la Ășnica manera de mostrarle,
Desde el principio de los tiempos, los humanos han desarrollado sus habilidades mediante a lo que ven y observan. Naturalmente somos criaturas visuales, esta es la razón por la cual tendemos a creer como verdad todo lo que vemos. A través de su palabra, Dios promete mostrarnos su poder y hacer que grandes cosas sucedan en su nombre, para que podamos verlo y glorificarlo.
Ăl sabe que estamos orientados visualmente y nuestro instinto es guiado por los resultados que se pueden observar. La Ășnica condiciĂłn que Ă©l nos pone es que creamos antes de ver, para que podamos desafiar nuestros propios instintos de seguir lo que vemos, pero aun asĂ poder tener prueba de la promesa cumplida.
Cuando tenemos ciertas creencias, debemos tener cuidado, analizarlas y ver qué resultados aportan a nuestras vidas. Dios siempre hace un llamado a los hombres y a las mujeres que ponen a prueba su palabra. Esto es especialmente cierto cuando todas las esperanzas parecen estar perdidas y todos estån en contra de nosotros o de nuestras creencias.
Cuando Israel estaba bajo la creencia falsa de que Baal era un dios, ElĂas fue el Ășnico tuvo el coraje de levantarse y desafiar a los seguidores de esta secta. Su desafĂo pudo haberlo condenado a la muerte y que su fe fuera avergonzada, pero Ă©l conocĂa a Dios Ăntimamente, y en su sacrificio, Dios honrĂł su fe respondiendo con fuego.
ElĂas se rebelĂł contra esa situaciĂłn y supo que su Dios era el Ășnico y verdadero Dios, aunque nadie mĂĄs compartiera su creencia. En el Monte Carmelo, todos SabĂan que el Dios de ElĂas era el Ășnico Dios verdadero porque Ăl les respondiĂł.
âÂżCuĂĄnto tiempo vacilarĂĄs entre dos opiniones? Si el Señor es Dios, sĂguelo; pero si Baal es Dios, sĂguelo.
“1 Reyes18: 21
Cuando sabemos que Dios es grande y puede cumplir las promesas que Ăl hace en Su palabra, debemos provocar el milagro al aceptar el desafĂo y levantar la bandera de nuestra fe. Dios contestarĂĄ nuestras oraciones, y el resultado de nuestra fe glorificarĂĄ a Dios. Cuando te atrevas a estos desafĂos, entonces el fuego de Dios desciende. Pero para recibir este valor, tambiĂ©n debes poseer el EspĂritu de Dios en ti. Cuando asumes y buscas de todo corazĂłn a Su EspĂritu, Ăl vivirĂĄ dentro de ti. Solo entonces sabrĂĄs realmente que Dios estĂĄ contigo, y tu coraje se harĂĄ evidente. Entonces estarĂĄs listo para arriesgar tu pellejo por su fe. Cuando realmente comprendes que Dios es asombroso y quiere sanar, liberar, prosperar y ser glorificado, no podrĂĄs soportar la ociosidad ni vivir una vida de alabanza solo. entonces querrĂĄs actuar sobre su Palabra y ver resultados.
Si estĂĄs viviendo una vida que no glorifica a Dios, o si tienes una situaciĂłn que estĂĄ avergonzando a tu fe, debes rebelarte contra ella. Deja de aceptar una vida que no magnifica al Dios en el que crees. Toma la decisiĂłn de cumplir las promesas escritas en la palabra de Dios. Busca su espĂritu y se valiente y audaz para atraer la atenciĂłn de Dios a travĂ©s de sus desafĂos. Pon en prĂĄctica tu fe en su palabra y en tu vida diaria. Si aĂșn no has visto estos resultados en tu vida, entonces realmente no has conocido al Dios Todopoderoso. Tienes que enfurecerte contra la complacencia porque Dios quiere que lo veas actuar a travĂ©s de ti. Cuando empiezas a vivir la vida que Dios quiere que vivas, todo comienza a cambiar. No vives solo por medio de las palabras, sino a travĂ©s de la acciĂłn. Cuando actĂșas, la gente ve a Dios a travĂ©s de sus milagros y maravillas cuando estas tienen efecto en ti. Dios quiere que todos los cristianos den testimonio de su poder obrando a travĂ©s de ellos. Esta es la Ășnica manera de mostrarle al mundo que tu fe es verdadera y poderosa. ÂĄDios responde con fuego! Si Ă©l no lo hiciera, ÂżcĂłmo sabrĂamos que Ă©l es verdadero? ÂżCuĂĄntos dioses ha visto este mundo que no responden y dan cero resultados a sus creyentes? El Dios de ElĂas responde con fuego para vencer todas las dudas e incredulidades. Si haces lo que ElĂas hizo, entonces Dios responderĂĄ con fuego en tu vida tambiĂ©n.
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