El día de la Restauración

historia de Israel, la grandeza de nuestro Dios,

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La historia de Israel siempre ha tenido altos y bajos. Cada vez que el rey decidía obedecer la Palabra de Dios y sus mandamientos, Israel se consideraba fuerte e imposible de ser  vencida. Sin embargo, cuando decidían ser egoístas, hasta las batallas más simples acababan en calamidad.

Es fue lo que ocurrió con Manasés. A pesar de haber tenido un gran ejemplo como padre en lo que concierne al reino sobre Judá, puesto que lo ha visto reinar de manera justa y correcta ante Dios, Manasés decidió hacer todo lo contrario. Como consecuencia de esto, todo lo que pudo haber ido mal, comenzó a irle mal a él. Hizo que el pueblo se alejara de la presencia de Dios, llevándolos a adorar otros dioses y sacrificando para ellos.

Manasés pudo haber sido considerado uno de los peores reyes jamás mencionados en la Biblia por lo que hizo, pero su historia tiene un final feliz que muestra la misericordioso que es Dios. Después de arrepentirse y de limpiar el templo: “Entonces Manasés supo que el SEÑOR era Dios.” 2 crónicas 33.13

Esta es la grandeza de nuestro Dios, a pesar de que todos tenemos un pasado del que no nos sentimos orgullosos, si estamos dispuestos a arrojar el pecado fuera del templo (nosotros mimos), entonces El está dispuesto a restaurarnos para El. No importa lo que hayamos hecho y lo malo que pudo haber sido, una vez que el templo esté limpio, el altar reedificado, y las ofrendas consumiéndose en el Altar, la restauración será inminente.

El domingo, 16 de junio, buscaremos esta restauración llegando a Dios con humildad y arrepentimiento, y con nuestra ofrenda para presentarla en Su altar.

Que Dios te bendiga.

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