No fue fácil, no recordaba nada,
¿Qué tanta influencia tiene un mal hábito sobre tu vida? En el caso de Leah Viegas, su mal hábito era muy fuerte. Cuando comenzó a fumar, desde que tenía 13 años, puede que no haya reconocido lo difícil que es liberarse de tal cosa.
“Fumar se convirtió en un hábito serio durante 20 años de mi vida. Fumaba hasta 40 cigarros al día y gastaba casi £70 a la semana. Era tan malo que, si hubiera elegido entre comer o fumar, elegía fumar. Siempre que me estresaba, fumaba para calmarme.
También comencé a beber alcohol a los 17 años. Con el tiempo, estaba bebiendo dos o tres botellas de vino al día. Uno de mis puntos más bajos fue cuando bebí tanto alcohol que al día siguiente no recordaba nada. Me quedaba dormida en todas partes y me dolía mucho que mi familia me viera en ese estado. Hice todo esto con la intención de deshacerme de todo el estrés de mis deudas, los problemas familiares, las inseguridades, etc. Me refugié en estos hábito malos, pero tan pronto como el efecto se iba, los problemas permanecían.
Cuando encontré el Centro de Ayuda UCKG, aprendí a utilizar mi fe para cambiar mi situación. No estaban dando el aceite por aquel tiempo, pero me dijeron que lo usara por la fe. Entonces, compré una botella de aceite, oré y le pedí a Dios que lo bendijera, con la certeza de que Él acabaría con estos hábitos. Después ungí todos los cigarros y una botella de vino y determiné que cuando acabaran, no fumaría más y me liberaría del hábito al alcohol.
Las primeras semanas no fue fácil; tuve que enfrentarme al deseo de volver a estos hábitos. Sin embargo, a medida que lo hacía, la ansiedad por fumar y beber se fue paulatinamente. Ahora, cuando huelo un cigarro, me dan ganas de vomitar. Mi vida ha cambiado totalmente desde entonces y también he superado los problemas que me estresaban.”
Leah Viegas de Abreu
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