Demuestra tu fe

confiar en Dios, las bendiciones de Dios,

Demuestra tu fe

La Obra de Dios comienza en nosotros cuando tenemos el coraje de deshacernos del pecado y de todo lo que no agrada a Dios. Es cierto que Dios quiere ser glorificado en este mundo pero, ¿Cómo podemos glorificarlo si el pecado prevalece en nuestras vidas? ¡Es imposible! Tenemos que ser aquellos que se indignan contra los hábitos pecaminosos, placeres de este mundo, tradiciones, religiosidad, nuestra voluntad, etc. Esto es lo que significa “¡no aceptar lo inaceptable!”. Incluso nuestro Señor Jesús preguntó: “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” (Mateo 16:26)

Nuestras vidas dependen de nosotros, ¡no de Dios! Dios quiere cambiar nuestra historia, y Él puede sin duda. Después de todo, ¿hay algo que sea demasiado difícil para Él? Pero, primero, tenemos que obedecerle y destruir todos los altares de Baal de nuestras vidas; Tenemos que sacar todo y a todos los que ocupan Su lugar y nos distancien de Él. Dios busca a aquellos que están dispuestos a escuchar Su voz, independientemente de las circunstancias.

Esto es lo que Él encontró en Gedeón. Gedeón tenía un problema que no podía resolver con su propia fuerza. Él quería que las obras de Dios se hicieran realidad en su vida y obedeció la voz de Dios al deshacerse de todos los ídolos y sacrificar lo que Dios le había pedido. El segundo toro era la elección de Dios; Gedeón tenía que confiar en Dios con su vida entera. En cada fase de la batalla, Gedeón mostró su confianza y es por eso que los 300 desafiaron las probabilidades y derrotaron a los madianitas. Parte de nuestro sacrificio es confiar en Dios también; confiar que, cuando enterramos nuestra vida pasada sobre el Altar y le presentamos lo que Él nos pide, hará de nosotros un gran testimonio que salvará almas en el mundo. Cuando confiamos en Dios, ya no estamos solos. Él tuvo el coraje de exigir que se cumpliera la Palabra de Dios en su vida, pero Dios también exigió obediencia de Gedeón y confianza total en Su Palabra. En otras palabras, muéstrame tu fe y te mostraré Mi gloria.

Recuerda que las bendiciones de Dios son condicionales. Sus ojos siempre buscan hombres y mujeres de Dios que estén dispuestos a hacer la diferencia para Su gloria. Él busca a los 300 de hoy. Sin embargo, solo aquellos que están dispuestos a seguir Sus instrucciones verán Su poder en sus vidas y en consecuencia, obtendrán la bendición más maravillosa de todas: ¡LA SALVACIÓN!

Obispo Alvaro Lima

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