Estaba inundada de cartas y me sentía presionada por los acreedores. Me desanimaba bastante porque parecía demasiado como para soportarlo sola. Sentía como un peso enorme encima, una cruz invisible sobrecargándome.

Acepté una invitación al UCKG, donde encontré el coraje para enfrentarme a mis miedos y abordar mi problema. Todo comenzó en mi mente cuando rechacé la idea de vivir con deudas. Recibí seguridad para comenzar a seguir el consejo de los abogados y dejar de esconder mi cabeza bajo la arena.

Hice un plan de deudas y me enfrenté a los tribunales. Fue un desafío y me dieron la opción de declararme bancarrota para comenzar de nuevo. Acepté esa opción, a pesar de resultarme muy difícil porque mi carrera en el mundo nanciero llegaría a su n puesto que no me permitían regresar, y fue todavía más difícil porque pensaba volver a trabajar en nanzas después de tener a mi hija.

El apoyo que recibí en el UCKG me ayudó un montón y me animó para pensar positivo en todo momento, seguí adelante y decidí estudiar algo más. Pasaron 9 años desde que comencé de nuevo, y hoy trabajo en un campo que me encanta y tengo mi propia empresa, el progreso en mi vida ha sido increíble.

¡Me levantaron la moral!
Yolanda Napoli