Controlada por el juego

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Screen Shot 2017-11-01 at 16.48.47Comenzó con una Mirada. Me sonreía y jugaba conmigo. Era mi amigo. Después me dijo que tenia un juego especial para que jugáramos, y que era un juego secreto y no se lo podía contar a nadie. ¡Yo me emocionaba! Intentaba imaginarme de que se trataba el juego. Quizás un juego de consola o algo así… pero yo no podía esperar para jugar a nuestro juego…

No quería jugar más a ese juego. No quería hacer lo que me estaba pidiendo que hiciera; no quería tocarle en esas partes otra vez, pero ¿a quien se lo podía decir? ¿Quién me lo iba a creer? Me dirían que era mi culpa; después de todo, yo acepte jugar al juego…

Y como si no fuera suficiente mantener en secreto esto tan horrible, tuve que aguantar golpes inhumanos por parte de mi madre. ¡Era como si me odiara! Me pegaba por cosas mínimas; por  ejemplo, si rompía algo, si decía algo que a ella no le gustaba, o hacia algo que no le agradaba. No podía hacer nada bien. De hecho, ella me contó que una vez intentó matarme. ¡Era un bebé! Que había puesto su mano en mi cuello para estrangularme, pero al final no pudo hacerlo. Yo no lo entendia, ¿Qu hice yo? Nunca supe que significaba tener el amor de una madre.

Creciendo así, comencé a hacer cosas que no eran buenas. Comencé a robar; al principio solo eran juguetes, pero luego pasé a robar dinero. En el colegio me peleaba y salía con chicos;  a los nueve años de edad, tenía dos novios al mismo tiempo. Sin embargo, no era una relación de niños con agarraditos de las manos, sino algo más profundo que eso.

Screen Shot 2017-11-01 at 16.49.17Era tan infeliz que buscaba, constantemente, cosas que me llenaran, para hacerme feliz; algo que diese paz. No tenía paz porque solía escuchar voces, veía sombras y tenía pesadillas. Me volví suicida  y contemplaba el matarme a mi misma, pero nunca lo hice porque sabía que dolería. En casa era otra lucha. Mis padres peleaban todo el tiempo y rompían cosas en la casa.

Cuando nos mudamos a Londres, dejando a mis amigos atrás, no tenía nada ni a nadie y entonces, encontré refugio en la pornografía. Viendo las cosas que veía y teniendo las sensaciones que tenia, desarrollé el deseo de prostituirme. Mi mente estaba tan contaminada por todas las cosas que veía que cada vez que veía a una pareja, inmediatamente, los imaginaba en una escena pornográfica. ¡Mi mente estaba sucia! Y no paraba. Mis padres comenzaron a asistir al Centro de Ayuda UCKG, pero solo estaban allí para ganar cosas materiales y no para cambiar sus vidas o servir a Dios. ¡Lo extraño es que supe que todo lo que me estaba sucediendo a mi, solía pasarle a mi madre! Ella fue abusada sexualmente, su madre le pegaba, ella solía robar, tuvo novios desde muy joven, estaba adicta a la pornografía y había tenido los deseos de prostituirse. ¡Era una maldición de generaciones!

Screen Shot 2017-11-01 at 16.49.28Supe que Dios era verdadero el día que le dije. “Si eres verdadero, si Tus palabras son ciertas y mi vida puede cambiar de verdad, haré lo que Tu me digas,”. Ese fue el principio de mi transformación. Mi actitud comenzó a cambiar; ¡dejé la pornografía, las malas compañías, los chicos y todo! Mis padres también quisieron conocer a Dios por ellos mismos.

Después cuando la Campaña de Israel ‘Nacido y criado para la guerra’ vino, mi familia entera participó para cambiar nuestras vidas. ¡Nuestra fe era llegar hasta el final! Vendimos cosas (por ejemplo, mi DSI y mi guitarra), y mi madre y yo hicimos dulces y los vendimos. ¡Hicimos nuestra parte! ¡De allí en adelante el deseo de ver pornografía o de prostituirme se fue! Después, cuando anunciaron un propósito llamado los 21 días del ayuno de Daniel, participé porque quería tener el carácter de Dios. Al abandonar todo tipo de entretenimiento, busqué a Dios con todas mis fuerzas y luego recibí Su sello. ¡Hoy mi vida y mi familia están totalmente transformadas! Todo conocemos a Dios y hemos entregado nuestras vidas para servirle.

 

Leidiany Barbosa, Peckham

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