Caminando en la fe y sin muletas

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Screen-Shot-2018-03-07-at-15.25.31Cuando un camión de carga pesada atropelló a Teuta Audyla y le pasó por encima tres veces, se quedó con heridas devastadoras que hasta los médicos pensaron que no se recuperaría del todo. Los médicos no estaban seguros de si ella podría volver a caminar bien otra vez. Estaban asombrados por la manera en la que el pie se quedó amarrado a la pierna después del accidente tan desastroso.

“Imagínate como me sentí cuando la enfermera se quedó boquiabierta al ver mi pierna y pensó que nunca volvería a caminar. Mi pierna fue un caso grave, pero cuando crees en un Dios tan grande, nada es imposible. Incluso cuando yacía en el suelo mientras los paramédicos me atendían, nunca perdí la esperanza en Dios, todavía amaba a Dios.

Tuve 12 horas de operación y me hicieron un injerto cutáneo. Los médicos me sacaron un hueso de la cadera para ponerlo en mi pierna dañada. Pero, después hubo otro problema: los médicos estaban preocupados de que este hueso fuera a perder el suministro de sangre.

El dolor y la angustia era demasiado, estaba indignada y no aguantaba más. Le pedí a Dios que pusiera Su mano en mi vida. Los versículos de la Biblia se quedaron conmigo. ¡No permanecieron en el libro, recobraron vida! No permití que mi condición debilitara mi fe.

Asistí a las reuniones de fe de los domingos del UCKG con mi pierna escayolada. Siempre que asistía, me dije a mi misma que un día podría ponerme mis tacones favoritos de nuevo, estaba casi segura de que Dios me levantaría otra vez. Mi fe creció más fuerte y me permitió vencer estos momentos tan difíciles. Permanecí agradecida y nunca vacilé durante el proceso de recuperación.

Cuando crees en Dios, te trae paz. Una cosa que aprendí es que cuando pasas por una tribulación como esta y pasas la prueba, obtienes un tipo de fortaleza maravillosa. Te elevas a alturas que ni siquiera te imaginabas alcanzar.

Fue una bendición para mi marido y para mis hijos verme vencer tal acontecimiento tan trágico. Hoy, mi pierna se está recuperando rápidamente y puedo caminar bien.”

Durante mi adversidad, no hubo un lugar mejor que permanecer bajo el ala de Dios, la paz y la certeza que sentí está más allá de cualquier comprensión humana, y para mis hijos, este trayecto se volvió un regalo único, aprendieron que la vida no siempre es fácil.

Sentí como si me hubieran plantado y recibiera una vida nueva, cuando en realidad podría haberme encerrado y perder mi oportunidad de vivir. En el proceso, ¡experimenté madurez espiritual! Mi vida no ha sido ningún cuento de hadas, está claro que tuve mis desilusiones, mis desánimos, días oscuros, noches sin dormir, pero Dios fue bueno para conmigo. Estoy agradecida de estar sobre la tierra y no debajo.

Mi cicatriz permanecerá para acordarme de cuanto me ama Dios. Cada cicatriz cuenta una historia, la mía es la cicatriz de la fe. ¡No hemos nacido para encajar sino para destacar! Puede que estés agotado, débil, cansado, frustrado de la vida,

pero aguanta, esfuérzate, sigue adelante, nunca desistas, si no puedes correr, camina, si no puedes caminar, gatea, ¡Dios nunca te desampara!”

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