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La música es extremadamente importante para la mayoría de los jóvenes, y el amor por la música, a menudo, dura toda la vida. Pero ¿Y si hay un enlace entre la música y un joven que se suicidó trágicamente a los 15 años de edad? ¿Significa que deberíamos echar nuestras ideas de la música como calmante, que inspira, que edifica, y romántica y añadirla a la lista de cosas que son malas para nosotros?
Una búsqueda detallada en el Internet proporcionó la respuesta, y afortunadamente para todos los que aman la música es un ‘no’ bien claro, sobretodo, en lo que se refiere a la música clásica como la de Hayden, Beethoven, Brahms y Schubert. Hay una advertencia, sin embargo, y es que cierto tipo de música no es buena para las personas, ni los animales ni las plantas.
Regresando al joven de 15 años, estamos hablando de Truma Edley que se colgó en el pasillo de la casa de su familia en Rotherham, Yorkshire. Según los reportajes de su investigación, el periódico británico Daily Mail declaró que Truman había estado escuchando ‘Música heavy metal de muerte con letras negativas que glorifican la muerte’ y mencionan que el forense se abstuvo de leer la letra de las canciones.
El periódico lo describe como un joven cariñoso, que era correspondido. Sin embargo había estado sufriendo una variedad de problemas y asuntos de baja autoestima. Una vez su madre lo encontró sollozando en el armario de su habitación. Y en otra ocasión los amigos sospechaban que se estaba autolesionando.
Obviamente, hubo varios factores tras la tragedia, los cuales Truman ha sido incapaz de compartir y con los que no ha podido lidiar. Solo él sabía la magnitud de sus problemas y la razón por la que se volvió a la música con gritos y sonidos de guitarra fuertes.
Si este joven supiera acerca de los estudios de la música que abarcan varios milenios, pudo haber escogido otro camino. Hace más de 2000 años el filósofo griego Plato escribió “…el ritmo y la armonía encuentra su camino hacia los lugares más profundos del alma… impartiendo gracia”.
La filosofía india llama la atención de Om, el sonido unificador que dice representar todos los sonidos que vienen de Dios, y que, hoy en día, son valorados por los pensadores de la Nueva Era. Desde los tiempo bíblicos hasta el Renacimiento, la literatura nos informó que la música tranquilizaba a las bestias salvajes – o de pecho- tranquilizaba a las piedras y calmaba a las personas estresadas.
Llegando hasta la fecha, estudios numerosos desde los años 1970 en adelante han relacionado ciertos sonidos con la salud y el crecimiento de las plantas y, otros sonidos con la muerte. Dr John Diamond quien publicó un libro llamado BK, Behavioural Kinesiology (kinesiología del comportamiento), lo cambió más tarde a ‘Tu cuerpo no miente”, un médico profesional que buscó la respuesta de por qué se había sentido enfermo durante dos días en particular. Con el tiempo enlazó la música de rock duro con la debilidad muscular en los humanos.
En resumen, las ragas indianas y la música clásica occidental con énfasis en el primer ritmo parecía bueno para nosotros y para otras cosas vivientes, mientras que por otro lado, a veces, sonidos discordantes hacen lo contrario.
Vale la pena pensarlo bien cuando bajes sonidos, compres billetes para un concierto o escojas un instrumento musical.
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