Ha pasado poco menos de un año desde las catastróficas inundaciones del 29 de octubre de 2024, que se cobraron más de 230 vidas en el este de España, uno de los desastres naturales más mortíferos del país en más de tres décadas. En algunas zonas de Valencia, cayó la lluvia de un año entero en tan solo ocho horas. Ahora, la historia parece repetirse. Entre el 7 y el 13 de octubre de 2025, la borrasca Alice arrasó Castellón, Formentera, Ibiza, Tarragona y, de nuevo, Valencia, provocando aún más devastación.
Las fuertes lluvias provocaron inundaciones repentinas que dejaron carreteras obstruidas, viviendas sumergidas y graves daños en las infraestructuras. Los bomberos trabajaron incansablemente para rescatar a las personas atrapadas en sus coches y viviendas. En Cataluña, más de mil residentes se vieron obligados a evacuar sus hogares, también en el Montsià, las familias pasaron la noche en albergues y centros sociales mientras las aguas seguían subiendo.
Mientras España luchaba contra las inundaciones, la tragedia azotaba otros lugares. El viernes 10 de octubre, un potente terremoto de magnitud 7,5 azotó la ciudad de Mati, en la provincia oriental de Davao, cobrándose al menos dos vidas, tan solo una semana después de que otro temblor sacudiera la ciudad de Cebú.
En Davao del Norte, una novia que se preparaba para casarse se vio atrapada en el caos cuando el suelo comenzó a temblar violentamente. Los invitados gritaron y huyeron de la iglesia mientras los bancos vibraban, las ventanas temblaban y las decoraciones se balanceaban. Afuera, la novia se aferraba a una columna mientras el suelo se movía bajo sus pies.
Los sucesos han dejado a muchos preguntándose: ¿qué está pasando en nuestro mundo? ¿Son estos desastres naturales una coincidencia o señales de algo más significativo?
El Señor Jesús dijo: “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores.” (Mateo 24:7-8).
Incluso en tiempos bíblicos, los discípulos le preguntaron a Jesús: “¿Cuándo acabará el mundo?”. Pero su respuesta no se centró en cuándo sucedería, sino en cómo debemos prepararnos espiritualmente para lo que está por venir.
En Marcos 13, Jesús habló del fin de los tiempos, diciendo: “…esta generación no pasará hasta que todo esto suceda”. Hoy en día, vemos profecías que se cumplen con frecuencia: desastres naturales, crisis globales e incertidumbre que nos recuerdan lo frágil que es la vida.
Pero Jesús fue claro: “Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre.” (Marcos 13:32). En otras palabras, Dios ha decidido no revelar el momento exacto, para que vivamos cada día con fe y vigilancia, cuidando nuestras almas, no solo cuando tememos que el fin se acerca, sino siempre.
Nuestro enfoque debe permanecer en lo que realmente importa: la salvación y una relación con Dios.
En medio de todo el caos, Dios continúa ofreciéndonos la oportunidad de ser salvos. Quizás, a través de estos eventos naturales, nos recuerda que debemos volver nuestra atención a Él.
Acompáñanos este domingo a las 10:00h para la reunión del Domingo de Poder en la Iglesia Universal en español. Juntos, participaremos de la Santa Cena, un momento para reconectarnos y acercarnos a Dios.
Ven y experimenta la paz y la fortaleza que solo la fe puede brindar, sin importar las tormentas que se avecinan.
Evento: Reunión del Domingo de Poder
Día y hora: Todos los domingos a las 10:00h (también a las 07:30h y 18:00h)
Ubicación: En la Iglesia Universal en español
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