¿Alguna vez te has sorprendido pensando: “Quizás estaba destinado a sufrir”? Es un pensamiento que muchos guardan en silencio. El dolor puede ser tan pesado que le quita el sentido a la vida.
Para algunos, el dolor llega tras un matrimonio roto o conflictos familiares que parecen no tener fin. Para otros, puede ser una enfermedad, dificultades económicas o un vacío interior que ningún consuelo parece llenar. A veces, no se trata de perder nada en absoluto: quizás aún conserves a tu familia, tu salud o tu hogar, pero la alegría parece haberse desvanecido.
La Biblia nos cuenta de una ocasión en que David, perseguido por el rey Saúl, se refugió en una cueva. Su familia acudió a él, al igual que otros: hombres angustiados, endeudados y profundamente descontentos (1 Samuel 22:1-2). Pero algo extraordinario sucedió. Cuando comprendieron que Dios estaba con David, ellos también decidieron confiar, dar un paso de fe y unirse a él. Al hacerlo, sus vidas se transformaron. El dolor que una vez los definió llegó a su fin.
Esa es la lección que podemos aprender: el dolor puede ser poderoso, pero la fe es más fuerte. La misma fe que dio a esos hombres un nuevo comienzo puede hacer lo mismo por ti.
El viernes, todas las Iglesias Universal del Reino Unido celebrarán el “Día del Fin del Disgusto”, como parte de la Cadena de Oración: 13 Viernes para Amarrar el Mal.
¿Te has preguntado: “¿Se puede romper el ciclo de la tristeza?”. La respuesta es sí, absolutamente. La vida no tiene por qué ser una montaña rusa de breves alegrías seguidas de largos períodos de dolor.
No importa dónde resida tu dolor, ya sea en tu familia, tus finanzas o en lo más profundo de tu alma, la fe tiene el poder de transformarlo.
Este viernes, estás invitado a dar un paso de fe y decir: “Este es el fin de mi dolor”.
Evento: El Día del Fin del Disgusto
Día y hora: Viernes a las 19:30 h (también a las 7:00 h, 12:00 h y 16:30 h)
Lugar: En la Iglesia Universal en español