Salmo 23 y nuestra vida financiera

Psalm 23

El Salmo 23 es uno de los pasajes más conocidos de la Biblia; algunos incluso lo saben de memoria. Se lee a menudo en momentos de tranquilidad o en tiempos difíciles. Pero, ¿alguna vez has considerado cómo podría relacionarse con tu vida financiera?

Comienza con las palabras: “El Señor es mi pastor; nada me faltará” (Salmo 23:1).

Detengámonos aquí. ¡Qué afirmación! “Nada me faltará”. No significa que todos tus deseos financieros se cumplirán, pero sí significa que nunca te faltará lo que realmente necesitas. Cuando Dios es nuestro pastor, cuando le permitimos guiarnos, proveer para nosotros y ocupar el primer lugar en nuestras vidas, entonces Él promete cuidar de nosotros, y eso incluye nuestras finanzas.

Con demasiada frecuencia, depositamos nuestra confianza en nuestros trabajos, habilidades, capacidades, la economía o incluso nuestra inteligencia para llegar a fin de mes. Pero ¿qué sucede cuando las cosas no nos favorecen? ¿Qué pasa si perdemos nuestro trabajo, nos reducen las horas o vemos que las facturas se acumulan? El Salmo 23 nos recuerda que si caminamos con Dios y confiamos en Él a diario, podemos vivir sin temor a la escasez. No porque la vida siempre sea tranquila, sino porque el Pastor nunca deja a sus ovejas hambrientas ni perdidas.

“En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce.” (Salmo 23:2)

Los verdes pastos y las aguas de reposo simbolizan abundancia y descanso. A veces, las tormentas financieras de la vida pueden causarnos pánico, pero Dios puede guiarnos a un lugar de paz. Cuando el dinero escasea, nuestra mente puede abrumarse, pero nos reconforta saber que, pase lo que pase, Él tiene en control.

“Él restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre.” (Salmo 23:3)

La guía de Dios nos lleva a tomar decisiones sabias, incluyendo cómo administramos nuestro dinero. Cuando dejamos que Él dirija nuestros pasos, es más probable que evitemos caer en las deudas, la avaricia o las malas decisiones.

“Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento.” (Salmo 23:4)

No es ningún secreto que a todos nos llegan tiempos financieros difíciles. Pero cuando buscamos su ayuda, Dios nunca nos deja afrontar estas dificultades solos. En cada crisis financiera, Él permanece a nuestro lado, guiándonos en cada paso.

“Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.” (Salmo 23:5)

Incluso cuando enfrentamos oposición, ya sea de personas o circunstancias, las bendiciones de Dios pueden derramarse en nuestras vidas, y no solo un poco, sino con abundancia. Nada puede detener las cosas buenas que Él quiere hacer por nosotros.

Si te sientes agobiado por las preocupaciones financieras, únete los lunes a la reunión de Prosperidad con Dios, donde declaramos que nada nos faltará y reclamamos las promesas para nuestras finanzas.

Evento: Prosperidad con Dios
Día y hora: Lunes a las 7:30h (también a las 7:00 h, 12:00 h y 16:30 h)
Ubicación: En la Iglesia Universal en español