En un mundo saturado de información, opiniones y ruido constante, el viejo dicho «Quien no cree firmemente, termina por creer cualquier cosa» nunca ha sido más relevante. Es un llamado a la claridad en tiempos de confusión; un recordatorio de que, sin una base sólida de valores, creencias o propósito, corremos el riesgo de dejarnos llevar por cualquier tendencia, ser influenciados por cualquier mensaje y perdernos en un mar de ideologías contradictorias.
Tomar una postura significa tener un conjunto de principios fundamentales que guían tus acciones y decisiones. Estos principios actúan como una brújula en un mundo en constante cambio. Ya sea honestidad, compasión, justicia, libertad o responsabilidad, saber lo que defiendes te ayuda a navegar la vida con propósito.
La pregunta es: ¿de dónde provienen estos principios fundamentales? Provienen de la Palabra de Dios. Cuando entendemos lo escrito y lo aplicamos a nuestra vida, nos volvemos menos susceptibles a la información falsa, menos propensos a ceder a la presión social y más capaces de mantenernos firmes en tiempos difíciles. No nos dejaremos influenciar por cada moda pasajera ni conmocionar por cada titular de las noticias. En cambio, veremos el mundo a través de la lente de nuestra fe, anclados en lo que sabemos que es correcto y verdadero.
Imagina este momento: María, la hermana de Lázaro y Marta, se acerca a Jesús con un frasco de perfume caro, probablemente equivalente a todos tus ahorros. Lo derramó sobre sus pies y los secó con sus cabellos. Es un poderoso acto de amor y fe, que demuestra que, para ella, Jesús valía mucho más que cualquier cosa que el dinero pudiera comprar.
Al ungir sus pies y enjugárselos con sus cabellos (lo cual se consideraba la gloria de una mujer), María se humilló por completo. Demostró total sumisión y humildad ante Jesús.
No todos apreciaron las acciones de María. Judas, uno de los discípulos de Jesús, la criticó, diciendo que el perfume podría haberse vendido y el dinero dado a los pobres. Pero Jesús salió en su defensa. Esto revela una verdad importante: cuando elegimos honrar a Dios, podemos enfrentar oposición. A veces, podemos estar solos. La crítica, el rechazo y el aislamiento pueden venir, pero Dios mismo estará en nuestra defensa.
En tiempos de incertidumbre, es fácil mezclarse y seguir a la multitud. Pero el precio de no defender algo puede ser alto: puede llevar a la pérdida de dirección, identidad, propósito y, lo más importante, la salvación.
Por eso es crucial mantenernos firmes en nuestras creencias. Y por eso te invitamos a participar al Estudio Bíblico “La Defensa de la Fe” este miércoles a las 19:30h, durante la Semana Santa. No se trata solo de fortalecer tu relación personal con Dios, sino de demostrarle que Él lo vale todo.
Al igual que María, tenemos la oportunidad de mostrarle a Dios que Él es lo primero en nuestras vidas. Cuando nos entregamos a Él en devoción, podemos confiar en que Él derramará su Espíritu sobre quienes verdaderamente creen.
Recuerda: Quien no cree firmemente, termina por creer cualquier cosa.
María dio lo más preciado para ella. ¿Qué le darás tú a Dios?
Evento – Semana Santa: El Derrame del Perfume (con el estudio “La Defensa de la Fe”)
Día y hora: Miércoles a las 19:30h (también a las 7:00h, 12:00h y 16:30h)
Ubicación: En la Iglesia Universal en español
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