En la Biblia, las lágrimas eran parte de la vida de Ana. Año tras año, iba a la casa del Señor con el corazón afligido. Anhelaba tener un hijo, pero era estéril. La tristeza la agobiaba tanto que lloraba y se negaba a comer.
Su esposo, Elcana, intentó consolarla: “Entonces Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras y no comes? ¿Por qué está triste tu corazón? ¿No soy yo para ti mejor que diez hijos?” (1 Samuel 1:8).
Tenía buenas intenciones, pero su fe era religiosa: la consoló con palabras, pero no pudo cambiar su situación.
Sin embargo, la esperanza de Ana no estaba en su esposo, sus circunstancias ni en nadie más. Fue al tabernáculo en Silo, oró, desahogó su corazón e hizo una promesa.
“Oh Señor de los ejércitos, si tú te dignas mirar la aflicción de tu sierva, te acuerdas de mí y no te olvidas de tu sierva, sino que das un hijo a tu sierva, yo lo dedicaré al Señor por todos los días de su vida y nunca pasará navaja sobre su cabeza.” (1 Samuel 1:9-11)
Esta es la clase de fe que agrada a Dios. Es personal, directa, y ella se había entregado por completo. La fe de Ana no dependía de nadie más; era ella y Dios. No esperó a “sentir” un milagro; su semblante cambió antes de que su oración fuera respondida. Creyó, y esa fe la transformó.
Quizás tu vida se sienta descolorida, agotada por el dolor emocional o por luchas que duran mucho tiempo. Pero al igual que Ana, puedes tomar tu fe y dar un paso hacia algo nuevo. La fe, unida a la acción, puede transformar tu vida.
¿Crees que tu historia puede pasar de blanco y negro a todo color?
Acompáñanos este domingo 5 de octubre al evento Vida a Color. La primera reunión fue el 21 de septiembre, la segunda el 28 de septiembre y continúa este domingo.
Es hora de afrontar lo que te hace llorar y descubrir cómo la fe puede restaurar la esperanza, transformar el dolor y devolverle el color a tu vida.
Evento: Vida a Color
Día y hora: Domingo 5 de octubre a las 10:00 h (también a las 7:30h y 18:00h)
Lugar: En la Iglesia Universal en español
