“…¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos cómo os habló cuando estaba aún en Galilea, diciendo que el Hijo del Hombre debía ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, y al tercer día resucitar.” (Lucas 24:5-7).
El Domingo de Resurrección es un poderoso recordatorio de la victoria de Cristo sobre la muerte, pero también un llamado a examinar nuestras propias vidas —nuestras esperanzas, nuestras relaciones, nuestra fe— y preguntarnos: ¿Qué ha muerto en mí y qué está resucitando Dios?
La vida no siempre sale según lo planeado. El negocio que empezaste puede haber fracasado, o el curso que empezaste puede haber terminado sin obtener un título. Quizás, la pasión que una vez sentiste por una carrera o vocación ahora se sienta sepultada bajo las responsabilidades y el arrepentimiento. Pero Dios se especializa en introducir nueva vida a viejos sueños o en darnos nuevos, aún mejores.
Ya sea por conflicto, traición o por el tiempo y la distancia, las relaciones pueden marchitarse. Quizás hayas perdido la conexión con un amigo, un familiar o incluso tu cónyuge. La resurrección de Jesús es un recordatorio de que la restauración es posible.
El dolor, el estrés y la fatiga pueden drenar la alegría de nuestras almas. Las sonrisas se convierten en máscaras y la risa se siente como un recuerdo lejano. Sin embargo, la Escritura nos dice: «… el llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana vendrá el grito de alegría.» (Salmo 30:5). Jesús resucitado trae una alegría que ninguna circunstancia puede robar.
¿Sientes que solo sobrevives en lugar de vivir de verdad? En Cristo, cada vida tiene sentido. La resurrección es prueba de que Dios tiene un plan para ti, incluso cuando parece que todo se derrumba. Un propósito muerto puede revivir con una visión renovada.
A veces nos encontramos haciendo las cosas por inercia, participando en la iglesia, recitando oraciones, cantos de alabanza, pero nuestros corazones se sienten distantes. La fe puede enfriarse por la decepción, las oraciones sin respuesta o simplemente el desgaste de la vida. Pero el Domingo de Resurrección nos recuerda que incluso la fe, que una vez se creyó enterrada, puede resurgir. Basta un instante para encender la chispa una vez más.
El Domingo de Resurrección, recordamos que la tumba no es el final de la historia. Si Dios pudo resucitar a Jesús, también puede dar vida a las cosas que creíamos incurables.
Así que, pregúntate hoy:
Así como los ángeles les dijeron a las mujeres en el sepulcro: “¡No está aquí, sino que ha resucitado!”. Únete a nosotros a las 12:03h el Domingo de Resurrección. Porque Él resucitó, siempre hay esperanza y lo que estaba muerto puede resucitar.
¿Crees en esto?
Evento: Domingo de Resurrección – El evento Cambio de Vida
Día y hora: Domingo 20 de abril a las 12:30 h
Lugar: Iglesia Universal en español
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