Cuando los desafíos de la vida empiezan a afectar tus finanzas, puedes sentir que todo se derrumba. Quizás trabajas muchas horas, te aprietas el cinturón, haces todo lo correcto, pero el juicio sigue pendiente, las facturas se acumulan, el mercado laboral no ofrece mucho y todo es simplemente… agotador.
Entonces alguien te dice: “Solo ora”. ¿En serio? ¿Ese es tu consejo? Cuando te encuentras con facturas atrasadas y tu saldo bancario en números rojos, la oración puede parecer lo último que te ayudará. Pero ¿y si ese consejo esconde algo más de lo que parece?
Hay una historia en la Biblia que ofrece una poderosa perspectiva, especialmente para quienes sienten la presión de las dificultades económicas. Se llama la Parábola de la Viuda Persistente y se encuentra en Lucas capítulo 18.
Esto es lo que podemos aprender:
En la historia, Jesús habla de una viuda que acudía constantemente al juez pidiendo justicia. Día tras día, regresaba, no porque el juez fuera compasivo o justo, sino porque se negaba a rendirse. Finalmente, el juez injusto cedió porque ella no dejaba de pedir. Si la persistencia puede conmover a alguien injusto, ¿cuánto más responderá un Dios amoroso y justo cuando su pueblo continúa orando fielmente?
La viuda no vio resultados de inmediato. Podría haberse dado por vencida y aceptado la derrota, pero no lo hizo. Siguió volviendo. Esa es una lección para todos nosotros.
La perseverancia no significa ignorar la realidad de tu situación. Significa afrontarla, cada día, con la fe de que las cosas pueden cambiar. Si has estado solicitando empleos sin obtener respuesta, si has estado calculando tu presupuesto pero aún no has alcanzado tus objetivos, no dejes que eso te desanime ni silencie tu fe. Tu cambio podría estar más cerca de lo que parece.
Muchos sabemos lo que se siente ser tratado injustamente: estar mal pagado, infravalorado o simplemente olvidado. El mundo no siempre funciona con justicia. Pero Dios sí.
La parábola nos recuerda que Dios no es como el juez injusto. Él se preocupa. Él escucha. Él ve lo que enfrentas y sabe lo que necesitas incluso antes de que se lo pidas. Aunque quizás no responda en nuestro momento, siempre actúa con un propósito. A veces, incluso usa circunstancias difíciles o injustas para abrir puertas inesperadas.
Ya sea alivio financiero o una nueva oportunidad, Dios promete que tu persistencia no será ignorada.
Entonces, ¿qué puedes hacer?
Tu vida financiera no tiene por qué seguir como está. Hay una salida y empieza por no rendirse. Acompáñenos este lunes a la reunión de Prosperidad con Dios para “Clamar por una Salida”. El Señor Jesús dice: “Si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 18:19).
Evento: Prosperidad con Dios
Día y hora: Lunes a las 19:30 h (también a las 7:00 h, 12:00 h y 16:30 h)
Ubicación: En la Iglesia Universal en español
Notifications