Las pequeñas cosas

de forma provocativa, delante de mis ojos, tener una fuerza,

mulher-in2Tenía apenas 12 años, pero mi vida hasta allí no venía siendo nada fácil.

Estaba llena de problemas en la familia. En mi casa siempre había cosas rotas y algunas pares marcadas por las peleas que mis padres tenían cuando estaban borrachos. Lo mismo sucedía dentro de mí. Había traumas, heridas, miedos, inseguridades y un vacío enorme.

Mi madre y yo escuchamos decir que en la Iglesia Universal podríamos encontrar un Dios que nos ayudase. Nos “zambullimos” en esa oportunidad. De a poco las cosas fueron cambiando en casa y, principalmente, dentro de mí.

Practicaba todo lo que aprendía, cada detalle. Las pequeñas cosas que fui aprendiendo, las iba practicando a lo largo del tiempo. Fue entonces que un peso fue saliendo dentro de mí y comencé a sentirme en paz y tener una fuerza para vencer todo.

Después de unos 3 años fui dejando (de a poquito) de practicar lo que iba aprendiendo. Me fui relajando, creía que aquellas cosas que un día me llevaron a alcanzar lo que había recibido no eran más tan importantes.

Cuando menos lo percibí, estaba sin ganas de ir a la Iglesia y el mundo, de forma abrumadora, brillaba delante de mis ojos. Comencé a relacionarme con amistades fuera de Iglesia y, cuando menos me di cuenta, ya estaba afuera. Al principio todo parecía estar muy bien, pero a medida que el tiempo fue pasando, el vacío y todo aquello que había salido de dentro de mí comenzó a volver. Los problemas en casa recomenzaron y mi padre, que había dejado de beber, retomó el vicio… ¡el infierno había vuelto a mi vida!

Pasé casi 3 años así. Intentando vivir a mi manera. Quería ser libre, pero fueron los años de mayor esclavitud que viví. Me vestía de forma provocativa, me torné orgullosa e hice de los clubes nocturnos mi segundo hogar.

Fue entonces que paré, analicé lo que estaba sucediendo en mi vida y tomé mi decisión. Volví a Dios y, después de practicar nuevamente los consejos que escuchaba, las cosas fueron paulatinamente “enderezadas” por Dios.

Lección Del Día:

Cuando dejo de hacer las pequeñas cosas que me llevaron a Dios, dejo que las pequeñas cosas que Lo desagradan entren en mí.

Besos y hasta la semana que viene.

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