La respuesta podría estar más cerca de lo que crees

Esperar puede ser una de las partes más difíciles de la vida. Anhelamos avances, bendiciones o claridad, pero a veces las respuestas parecen lejanas. Especialmente en el ámbito financiero, muchos conocen muy bien esta tensión.

• Esperar una oferta de trabajo o un ascenso: Entrevista tras entrevista, el silencio que sigue puede resultar insoportable. Cada día que pasa trae consigo preguntas: “¿Fui lo suficientemente bueno? ¿Dije lo correcto?”.
• Esperar la aprobación de una solicitud: Se envían solicitudes, se entregan los documentos, pero la decisión tarda semanas. En ese lapso, el estrés aumenta y es fácil preguntarse: ¿Será aprobado?
• Esperar el crecimiento de un negocio: Un nuevo emprendimiento comienza con ilusión, pero a medida que pasan los días o las semanas sin clientes ni contratos, el desánimo se instala cuando las cosas no salen según lo planeado.
• Esperar que las inversiones den frutos: El dinero está inmovilizado en propiedades o ahorros, y la incertidumbre de los resultados puede tentar a las personas a actuar demasiado pronto.

En todos estos escenarios, los sentimientos son muy similares: inquietud, preocupación y la tentación de rendirse. Pero este versículo de Habacuc nos recuerda que las promesas de Dios nunca se demoran, simplemente esperan su momento señalado.

“Escribe la visión y grábala en tablas, para que corra el que la lea. Porque es aún visión para el tiempo señalado; se apresura hacia el fin y no defraudará. Aunque tarde, espérala; porque ciertamente vendrá, no tardará.” (Habacuc 2:2-3)

Cuando Dios le dijo a Habacuc que subiera a un lugar alto y escribiera la visión en una tabla, no fue solo una instrucción práctica. Fue un acto de confianza. Al hacerlo, Habacuc declaraba públicamente: “Creo en lo que Dios ha dicho, incluso antes de que suceda”. El hecho de que estuviera escrita con un tamaño lo suficientemente grande como para que alguien que pasara corriendo pudiera verla demuestra la confianza que Dios quería que su pueblo tuviera en su Palabra.

Este es nuestro desafío: a menudo depositamos nuestra fe en cosas temporales. La gente compra casas a medio construir, confiando en la promesa del constructor de que el producto terminado será entregado. Incluso firmamos contratos, invertimos dinero y reorganizamos nuestras vidas basándonos en una promesa escrita. Sin embargo, cuando se trata de Dios, a menudo dudamos en confiar.

Acompáñanos este lunes a la reunión de Prosperidad con Dios para el “Lunes de Respuestas”. No importa qué avance financiero, provisión u oportunidad estés esperando, recuerda esto: el tiempo de Dios es perfecto, su Palabra es verdadera y la visión sin duda se cumplirá.

Si decides confiar plenamente en Él, la respuesta llegará. Ni un momento antes ni un segundo después, sino en el momento adecuado.

Evento: Prosperidad con Dios – El Lunes de Respuestas
Día y hora: Lunes 8 de septiembre a las 19:30 h (también a las 7:00 h, 12:00 h y 16:30 h)
Ubicación: En la Iglesia Universal en español