Pero Él le dijo: Cierto hombre dio una gran cena, e invitó a muchos; y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los que habían sido invitados: «Venid, porque ya todo está preparado». Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero le dijo: «He comprado un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me excuses». Y otro dijo: «He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos; te ruego que me excuses». También otro dijo: «Me he casado, y por eso no puedo ir». Cuando el siervo regresó, informó de todo esto a su señor. Entonces, enojado el dueño de la casa, dijo a su siervo: «Sal enseguida por las calles y callejones de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los ciegos y los cojos». Y el siervo dijo: «Señor, se ha hecho lo que ordenaste, y todavía hay lugar». Entonces el señor dijo al siervo: «Sal a los caminos y por los cercados, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa. Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron invitados probará mi cena». (Lucas 14:16-24).
En esta Parábola de la gran cena tomada del Libro de Lucas, en esa época era común que un anfitrión hiciera una invitación inicial a una fiesta y luego cuando todo estaba listo llamaba a los invitados. Las personas de la parábola rechazaron la invitación, comenzaron a dar excusas que mostraban que realmente no querían asistir. Sus justificaciones eran deshonestas porque nadie compra terrenos, propiedades o animales primero sin verlos ni se casa de repente. Luego se hizo la invitación a los más despreciados y considerados indignos.
Esta parábola simboliza a muchos que descuidan la invitación de Dios para que se rindan a Él. Sin embargo, ninguna invitación es más honorable que esta, pero cuando una persona la rechaza, insulta a Dios porque ninguna razón es lo suficientemente convincente para rechazarla. Corresponde a los que escuchan la orden, no poner excusas, para no perder el honor de servir a Dios.
Participar de la Santa Cena del Señor tiene muchos beneficios, nos permite recibir Su perdón; nos da fuerza para continuar el buen combate, y nos permite renovar nuestra fe. La Santa Cena es una oportunidad para la reconciliación entre usted y Dios.
Por eso les invitamos este miércoles 25 de mayo a participar de la Noche de la Gran Cena que se realizará en todas nuestras Iglesias Universal.
No importa si se ha alejado de la presencia de Dios o si asiste a las reuniones de la iglesia y quiere renovar su compromiso con Él, esta es una ceremonia instituida en la Biblia por el mismo Señor Jesús. Dios es misericordioso, y si una persona expresa sinceridad, arrepentimiento y deseo de cambiar su ser interior, Él la recibe en Sus brazos.
A través de esta invitación, tendrá la oportunidad de iniciar una nueva relación con Dios. Su pasado será lavado y comenzará una nueva vida con Él.
Si quiere esto para usted, entonces tome una decisión.
La mesa está puesta, el mantel está puesto y el Señor Jesús dice:
“…¡Bienaventurado todo el que coma pan en el reino de Dios!” (Lucas 14:15)
El Padre está esperando a Sus hijos en la mesa. ¡El Padre del Cielo le está esperando!
Él le ha elegido para festejar con Él. ¿Acepta?
Evento: Noche de la Gran Cena
Día: Miércoles 25 de mayo a las 7:30pm
Ubicación: Iglesia Universal de Finsbury Park.
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