Existe la idea errónea de que Dios es distante: un poderoso gobernante sentado en un trono más allá de las estrellas, inalcanzable para nosotros. Si bien es cierto que es el Señor de señores y merece toda honra y reverencia, su mayor deseo nunca ha sido mantenerse alejado de nosotros. De hecho, es todo lo contrario: desde el principio, su intención fue que tuviéramos una relación cercana y personal con Él.
Desde la creación, el plan de Dios siempre ha sido habitar entre su pueblo. Como está escrito: «Y oyeron al Señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día» (Génesis 3:8). La humanidad fue creada a su imagen y semejanza, para tener comunión directa con Él. Desafortunadamente, por la desobediencia, esa intimidad se perdió, y el pecado creó una separación entre el Creador y su creación.
Sin embargo, el deseo de Dios de estar entre su pueblo nunca se desvaneció. Él instruyó a Moisés: «Y que hagan un santuario para mí, para que yo habite entre ellos.» (Éxodo 25:8). Sin embargo, aún existía una barrera que impedía el acceso directo a Él. Dentro de ese santuario, el Lugar Santísimo, donde se guardaba el Arca de la Alianza, símbolo de la Presencia de Dios, estaba separado por un grueso velo. Solo el sumo sacerdote podía entrar en este lugar una vez al año, en el Día de la Expiación, cuando intercedía por el pueblo ante la Presencia de Dios (véase en Hebreos 9:7).
Todo cambió cuando Jesús entregó su vida en la cruz. «Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló y las rocas se partieron» (Mateo 27:51). Este magnífico acontecimiento no fue solo físico; fue una declaración espiritual de que la separación entre Dios y la humanidad había sido eliminada. Hoy, ese velo rasgado representa nuestro camino abierto hacia Dios. Mediante el sacrificio del Señor Jesús, toda persona tiene ahora acceso directo al Padre: ya no hay sacerdotes, ni rituales, ni barreras; solo una fe sincera.
Si te estás enfrentando a desafíos que te hacen sentir estancado o impotente, especialmente en lo que respecta a tu salud y bienestar, te invitamos a presentar tus necesidades directamente a Dios en oración, confiando en que, mediante la fe, Él te dará acceso a las respuestas que hasta ahora te parecían inalcanzables.
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Aviso: El consejo espiritual del Centro de Ayuda de UCKG complementa el tratamiento científicamente probado que estés recibiendo. El Centro de Ayuda de UCKG no afirma curar a las personas, pero cree que Dios puede hacerlo mediante el poder de la fe. Sigue siempre las instrucciones de tu médico.