“¿No decís vosotros: «Todavía faltan cuatro meses, y después viene la siega»? He aquí, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos que ya están blancos para la siega.” (Juan 4:35)
Aquí, Jesús les dice a sus discípulos que hay un tiempo oportuno para todo, y que el momento de actuar es ahora. Imagina los campos, maduros, esperando a los trabajadores. Cualquier agricultor sabe que, cuando llega la cosecha, esperar no es una opción. Hay un tiempo limitado para recoger los cultivos una vez que estén listos. De la misma manera, la cosecha espiritual requiere nuestra atención inmediata.
Esta urgencia se enfatiza aún más en Mateo 9:37, donde Jesús dice: “La mies es mucha, pero los obreros pocos”. En otras palabras, hay muchas personas listas para recibir la Palabra de Dios, pero solo unas pocas están dispuestas a compartir las buenas nuevas.
Entonces, ¿quiénes son los obreros? Son creyentes que han aceptado a Jesús en sus vidas. ¿Y la cosecha? Personas listas para conocerlo.
Piénsalo: si descubrieras un restaurante increíble o un producto que te cambiara la vida, se lo contarías a los demás, ¿verdad? La salvación funciona de la misma manera: está hecha para compartirse. Sin embargo, muchos permanecen en silencio, llenando todo su tiempo con la televisión, las redes sociales o el gimnasio, y luego se preguntan por qué se sienten vacíos. La verdadera plenitud proviene de invertir en la cosecha.
Juan 4:36 nos recuerda: «Ya el segador recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra se regocije juntamente con el que siega.»
Hay verdadera alegría tanto en plantar como en cosechar. Cuando alguien comparte la buena noticia y otro la recibe, ambos se regocijan. Cada semilla plantada, cada vida tocada, trae la alegría de Dios a todos los involucrados.
Pregúntate: ¿estoy plantando, cosechando o ambas cosas? Si no estás haciendo ninguna de las dos, te estás perdiendo el plan de Dios. Plantar puede parecer lento y cosechar puede parecer desafiante, pero ambas traen alegría. Todos tenemos un papel que desempeñar en esta gran cosecha, y afortunadamente, no estamos solos.
Por medio del Espíritu Santo, el Espíritu de Dios que mora en nosotros, somos equipados y empoderados para trabajar en la cosecha. Él nos da valor cuando nos sentimos inseguros, sabiduría cuando no sabemos qué decir y la fuerza para tener un impacto real.
Entonces, ¿cómo puedes empezar?
Acompáñanos cada miércoles en la Iglesia Universal, donde profundizamos sobre temas como este.
Los campos están listos. La pregunta es: ¿estás listo para trabajar?
Evento: Estudio Bíblico
Fecha y hora: Miércoles a las 19:30 h (también a las 7:00 h, 12:00 h y 16:30 h)
Ubicación: En la Iglesia Universal en español