Haz esta prueba y comprueba si tu vida no cambia

Test

¿Has sido un hacedor o un simple oyente? Aquí tienes un desafío: prueba la Palabra de Dios y verás un cambio total en tu vida.

Dios le ha dado a los humanos inteligencia para saber que si algo es verdad, entonces debe funcionar como se espera. En otras palabras, si el agua está mojada, tiene que mojarme a mí; si el sol calienta, tiene que calentarme, y así sucesivamente.

Ningún otro animal en este mundo tiene la inteligencia que Dios le ha dado al ser humano, y esta lógica nos lleva a probar lo que escuchamos y ver si es cierto.

El Sagradas Escrituras dice que la Palabra de Dios puede transformar nuestras vidas. Leemos varios pasajes de las Escrituras sobre el poder de la Palabra.

“Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural en un espejo; pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué clase de persona es.” (Santiago 1:22-24)

Hoy en día, especialmente con Internet, a innumerables cristianos les gusta escuchar predicaciones y oraciones. No oran ni leen la Biblia, pero quieren escuchar a alguien predicarles.

Muchos siguen escuchando la Palabra, con ganas de sentirse bien, por eso a la gente le gustan esos versos estampados en camisetas y pegatinas. Les gustan estos pasajes de la Biblia que los hacen sentir bien. Pero olvidan que los versículos de la Biblia no están aislados unos de otros. Si no abrazas toda la Palabra de Dios para ti mismo, no sirve de nada elegirla como eliges las manzanas o cualquier otra fruta: “cogeré esta, pero ésta no”.

“Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, este será bienaventurado en lo que hace.” (Santiago 1:25)

Quizás ya hayas elegido varios estilos de vida a lo largo de tu vida, pero no te funcionaron. Si es así, prueba la Palabra de Dios.

¿Cómo? Siendo oyentes y hacedores de la Palabra, como enseña el apóstol Santiago. Esto no es religión; es inteligencia.

A ver, si regresa a ti vacío, o con paz, sabiduría, salud, mejores relaciones, prosperidad y, sobre todo, la Salvación de tu alma.

¿Aceptas este desafío? No te costará nada, solo tu obediencia.