El Dr. Young Hoon Kim, de Corea del Sur, no solo es inteligente: ha sido reconocido oficialmente como la persona con el coeficiente intelectual más alto del mundo, con una extraordinaria puntuación de 276, confirmada tanto por el Récord Mundial Oficial como por el Campeonato Mundial de Memoria.
El Dr. Kim no solo es científico y un empresario exitoso, sino también un cristiano devoto. En una publicación, declaró: «Como poseedor del récord mundial de coeficiente intelectual más alto, afirmo que el libro más inteligente del universo es la Biblia, no solo porque lo crea, sino porque supera los más altos estándares de lógica, evidencia y escrutinio intelectual».
Es una afirmación audaz en el mundo actual, donde leer la Biblia a menudo se considera anticuado o irrelevante. Pero el Dr. Kim defiende su postura con convicción, describiendo la Biblia como «una obra maestra literaria, filosófica, histórica y profética».
Él cree que la verdadera inteligencia es más que simplemente procesar información; se trata de comprender la verdad, el propósito y la eternidad. Por lo tanto, leer la Biblia no es opcional para quien realmente desee crecer en sabiduría. En sus propias palabras: «La Biblia es la Palabra de Dios perfecta, eterna y definitiva. No necesita ser actualizada. El mundo necesita ponerse al día».
Hay quienes piensan que la fe y la ciencia son como el agua y el aceite: simplemente no se mezclan. Pero la perspectiva del Dr. Kim nos recuerda que todo conocimiento proviene, en última instancia, de Dios, el Autor mismo de la sabiduría.
La Biblia está repleta de ejemplos de inteligencia en acción. El Evangelio de Lucas nos cuenta que, cuando Jesús tenía tan solo 12 años, asombró a los eruditos en el templo con su entendimiento y sus respuestas (Lucas 2:47).
En el Antiguo Testamento, Daniel y sus amigos destacaron en Babilonia por su sabiduría, manteniéndose fieles a Dios (Daniel 1:20).
Y, por supuesto, está el rey Salomón, recordado como el hombre más sabio de todos los tiempos. En Proverbios, Salomón explica que la sabiduría comienza con la reverencia a Dios.
“El temor del Señor es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.” (Proverbios 1:7)
La diferencia es esta: quienes leen la Biblia simplemente como un deber religioso, a menudo se vuelven precisamente eso: religiosos. Pero Dios no nos dejó una religión. Nos dejó su Palabra.
Si de verdad quieres crecer en sabiduría, tomar mejores decisiones y fortalecerte en todos los aspectos de tu vida, empieza a dedicar tiempo a la Biblia. Piensa en ella, reflexiona sobre ella y deja que moldee tus pensamientos y tu comprensión. Después de todo, si el hombre con el coeficiente intelectual más alto del mundo la llama el Libro más inteligente del Universo… quizás valga la pena abrirla tú mismo.
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