A veces, la vida nos sacude tanto que parece un terremoto. En un momento crees que todo está en orden, y al siguiente, todo se convierte en un caos. Solucionas un problema y de repente llega otro, dejándote con la sensación de estar constantemente limpiando después de un desastre.
Para muchos, el temblor se produce principalmente en sus finanzas. Quizás sea el trabajo que creías seguro, solo para perderlo de la noche a la mañana, un negocio que se derrumba justo cuando dependías de él. Quizás sea la llegada de una factura inesperada que lo desequilibra todo, o la reducción de horas de trabajo que ha reducido tus ingresos. Sea cual sea la causa, puede desanimarte y preguntarte si hay una salida.
La buena noticia es esta: Dios no se limita a las circunstancias. En Hechos 16:26, Pablo y Silas estaban encarcelados, orando y cantando a Dios, cuando “de repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos; al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron.”
Ese momento fue más que un terremoto físico: fue un mover sobrenatural de Dios. Lo que parecía el fin se convirtió en el momento mismo de la libertad. Dios rompió las cadenas que los retenían, movió lo que parecía inamovible y abrió puertas que nadie más podía abrir.
Este lunes, acompáñanos a la reunión de Prosperidad de Dios. Nos reuniremos para clamar a Dios por esa misma sacudida en nuestras vidas, creyendo que las puertas cerradas se abrirán de par en par y que las cadenas de las dificultades financieras se romperán.
Así que, si tus finanzas han sido como un terremoto, prepárate para experimentar una sacudida diferente: un terremoto espiritual que trae libertad, esperanza y un nuevo comienzo.
Evento: Prosperidad con Dios
Día y hora: Lunes a las 19:30 h (también a las 7:00 h, 12:00 h y 16:30 h)
Lugar: En la Iglesia Universal en español