¿Confías en mí si te llevo…

de un lado al otro, De una manera similar, diferencia entre confiar y creer, poner su confianza en Dios,

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¿Confías en mí si te llevo mientras cruzo las cascadas del Niágara sobre una cuerda floja?

Si te preguntaran, “¿Quién es Jean François Gravelet?”, probablemente no tienes ni idea, pero en 1859, este hombre dejó al mundo entero estupefacto. El atrevido cautivó la atención de todos cuando cruzó las Cascadas del Niágara sobre una cuerda floja. Si, ¡el hombre caminó de un lado al otro a una altura de 1000 pies desde el suelo sin ningún tipo de seguridad!.

junior-in2Decir que la multitud estaba cautivada no es suficiente. Creían en Gravelet tanto que cuando anunció que repetiría la artimaña pero esta vez cargando a su jefe en la espalda, lo animaron más todavía. Tal y como he dicho, creían que era lo bueno suficiente como para hacer eso. Entonces, con naturalidad, cuando preguntó “¿Creéis que pueda cruzar la Cascada del Niágara empujando una carretilla?” La gente gritó que “¡Sí!”

Cuando preguntó si alguien estaría dispuesto a sentarse dentro de la carretilla mientras la empujaba por la cuerda floja, el silencio era tan ensordecedor que, si hubiera grillos allí, sería el único sonido haciendo eco a través de las cascadas. Nadie se presentó. Y ahí está la diferencia entre confiar y creer. La multitud creía que Gravelet podía hacerlo pero no confiaban que sus vidas estuvieran a salvo en sus manos.
junior-in3De una manera similar, las personas creen en Dios, creen en Su poder, saben que una vez que la persona ponga su vida en Sus manos, El es capaz de hacer lo imposible. El problema es que no confían en Dios lo suficiente como para poner sus propias vidas en Sus manos.

“Algunos confían en carros, y otros en caballos; mas nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios confiaremos[a].” (Psalm 20:7).

Muchas personas creen que Dios puede hacerlo todo… en la vida de otras personas. Creen en Su palabra y en Su potencial, pero prefieren poner sus vidas en carros y caballos, o sea, en su propia fuerza, sus recursos, habilidades, conocimientos y otras cosas antes de poner su confianza en Dios. La confianza exige acción. Dios te está preguntando esto “¿Irías en Mi carretilla? ¿Confiarías en Mi si te llevo por las cascadas del Niágara?”

Métete en la carretilla.

Ob Celso Junior
bishop@uckg.org

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