Conducir o volar

a tu destino, el mismo proceso, Entregarle tu vida a Dios, reservado para ti,

plane inside ¿Alguna vez te has ido de tu casa para dar una vuelta en coche y luego te acordaste que habías olvidado algo? Estoy seguro que ya te ocurrió eso en el pasado.

¿Qué haces en una situación como esta? Paras el coche, retrocedes y vuelves, coges lo que habías olvidado y luego te vas otra vez conduciendo. De hecho, si te volviste a olvidar de algo, tienes que repetir el proceso entero.

Sin embargo, no puedes aplicar el mismo proceso cuando embarcas en un avión y el avión despeja. ¿El piloto pararía, retrocedería y volvería para que tú pudieras coger la maleta que te dejaste atrás? ¡No, en absoluto! Una vez que el avión despeja, solo se detiene cuando llega a su destino.

Ahora, quiero que pienses en cuantas veces has decidido darle tu vida a Dios y luego paraste, retrocediste y comenzaste todo de nuevo.

Entregarle tu vida a Dios no es una broma ni tampoco una decisión emocional. En el momento que embarcas en ese avión, sabes que puede que halla alguna tribulación que otra pero el avión solo se detendrá cuando llegue a su destino.

‘Mas mi justo vivirá por la fe; y si retrocede, mi alma no se complacerá en él.’ Hebreos 10.38

Espero que estés en este avión con nosotros aferrándote fuerte a tu salvación, y no conduciendo alrededor de la ciudad, donde existen tantas distracciones que pueden desviar tu atención (carteles, semáforos, tiendas, restaurantes de comida rápida…) representando las ofertas de este mundo e impidiéndote que llegues a tu destino.

Si estás en el avión con nosotros, aprieta tu cinturón, agárrate fuerte porque muy pronto nuestro Señor regresará.

En el caso de que hayas estado conduciendo, distrayéndote y te resulte difícil llegar a tu destino, la buena noticia es:

Hay un avión despejando ahora mismo, y hay un asiento reservado para ti. Todo lo que tienes que hacer es correr al aeropuerto (lugar de oración), embarcar en el avión (sacrificar tu voluntad) y disfrutar del viaje.

‘Vengo pronto; retén firme lo que tienes, para que nadie tome tu corona.’ Apocalipsis 3.11

P.S: Por cierto, si quieres viajar en primera clase, el sacrificio debe ser aun mayor.

Que Dios te bendiga

Ob Celso Junior

 

 

 

 

 

Post a Comment