“¿Quién midió las aguas en el hueco de su mano, con su palmo tomó la medida de los cielos, con un tercio de medida calculó el polvo de la tierra, pesó los montes con la báscula, y las colinas con la balanza?” (Isaías 40:12)
Este poderoso versículo bíblico nos recuerda la infinita grandeza de Dios. Él sostiene los océanos en la palma de su mano y equilibra las montañas con balanzas. Cuando enfrentamos circunstancias difíciles, especialmente dificultades económicas, es fácil sentirse abrumado. Pero cuando comprendemos verdaderamente la magnitud del poder de Dios, comenzamos a ver que nada es imposible para Él.
Este lunes nos lavaremos las manos con agua del mar. Este acto representará la eliminación de maldiciones o influencias negativas que puedan haber estado obstaculizando el progreso en tu vida. Al hacerlo con fe, creyendo que Dios es más grande que cualquier lucha, declararás que todo lo que toquen tus manos será bendecido. La palabra de Dios promete:
“Exterminaré las hechicerías de tu mano, y no tendrás más adivinos”. (Miqueas 5:12)
Si enfrentas deudas, estás sepultado bajo las facturas de tarjetas de crédito, préstamos o impagos, el simple interés puede parecer una maldición que crece sin importar cuánto intentes escapar de ellas. Perder un trabajo o lidiar con la inestabilidad laboral puede generar un estrés financiero significativo, dificultando incluso cubrir necesidades básicas como la comida, el alquiler y los servicios públicos. Quizás invertiste todo tu dinero en emprender un negocio, solo para verlo derrumbarse debido a recesiones económicas, falta de apoyo o circunstancias imprevistas. Quizás estás atrapado en trabajos mal pagados o en entornos donde no se valoran tus habilidades, lo que te dificulta avanzar o construir un futuro mejor, o tal vez las dificultades financieras se han extendido por generaciones en tu familia: creciste sin aprender a administrar el dinero, así que el ciclo continúa.
Estos problemas financieros pueden parecer montañas insalvables. Pero cuando nos volvemos a Dios y actuamos con fe, como lavarnos las manos con agua de mar como símbolo de purificación y renovación, nos conectamos con las posibilidades divinas. El mismo Dios que creó el mar puede transformar tu situación.
Si Dios puede sostener el océano en sus manos, sin duda puede sacarte de cualquier problema financiero.
Evento: Prosperidad con Dios
Día y hora: Lunes a las 19:30 h (también a las 7:00h, 12:00h y 16:30h)
Ubicación: En la Iglesia Universal en español
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