Ayuno de Daniel, Día 6 – Superando las Batallas Espirituales

Overcoming

Al recorrer este camino para agradar a Dios y acercarte a Él, no te sorprendas si surgen desafíos y todo a tu alrededor parece ir en la dirección opuesta. Esto no es casualidad; es una guerra espiritual.

La Biblia nos enseña que el diablo no descansa. Constantemente busca maneras de robar, matar y destruir (ver Juan 10:10). Y cuando alguien se compromete con un propósito como el Ayuno de Daniel, que se centra en la renovación espiritual y la cercanía a Dios, intensifica sus ataques, simplemente porque conoce el poder que proviene de una verdadera conexión con el Altísimo.

Aunque las batallas espirituales pueden ser invisibles, sus efectos son muy reales. Podrías sentirte inexplicablemente desanimado, abrumado o comenzar a cuestionar si tus oraciones están funcionando. Podrías enfrentar problemas inesperados en casa, en el trabajo o en tu salud, todos estratégicamente diseñados para distraerte o alejarte de la presencia de Dios.

Pero aquí está la buena noticia: no estamos indefensos. Dios nos ha equipado con todo lo necesario para superar estas batallas: Su Palabra y nuestra fe.

  • Usa la Palabra de Dios como tu arma

Efesios 6:17 describe la Palabra de Dios como la “espada del Espíritu”. Cuando Jesús fue tentado por el diablo en el desierto, no discutió ni intentó razonar; simplemente respondió con las Escrituras (ver en Mateo 4). Cuando surjan problemas y los pensamientos negativos o el miedo se apoderen de ti, sigue su ejemplo: declara las promesas de Dios. La Palabra tiene el poder de silenciar toda mentira del diablo.

  • Mantente enfocado y lucha con fe

Nuestra fuerza reside en mantenernos enfocados en Dios. No permitas que las situaciones o los sentimientos dicten tu relación con Él. Incluso si no te sientes cerca de Él en un día en particular, recuerda que la fe no se trata de sentimientos. Cree que Él está contigo y mantente firme. La Biblia nos dice: ” Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros.” (Santiago 4:7). Sigue orando, participando en las reuniones y meditando en la Palabra. Cuanto más alimentes tu espíritu, más fuerte te volverás. La victoria ya está prometida a quienes permanecen en Cristo. No estás luchando solo, y con cada paso de fe, creces, maduras y te conviertes en más que un vencedor.