Ayuno de Daniel, Día 21 – Más de 21 Días: Un Cimento para la Vida

 

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Los 21 días están llegando a su fin. Ha sido un viaje poderoso en el que asumimos el reto de desconectarnos de las distracciones para reconectarnos con Dios. Muchos han encontrado paz, claridad, bendiciones e incluso la mayor victoria: el bautismo con el Espíritu Santo. Otros quizás aún estén buscando esta transformación, ¡que seguramente llegará pronto!

Independientemente de dónde te encuentres en este momento, una cosa está clara: los hábitos que has desarrollado durante estas últimas tres semanas no son temporales. Hábitos y prácticas espirituales como la oración, la meditación bíblica, participar en la iglesia con regularidad, buscar al Espíritu Santo y cuidar tus ojos, oídos y pensamientos son fundamentales para una vida de fe y herramientas vitales para todo tu camino espiritual.

Al igual que mantener una dieta saludable o una rutina de ejercicios, la constancia es clave. Imagina la transformación si incorporaras estos hábitos a tu vida diaria. ¿Cuánto más crecerías? ¿Cuánto más se fortalecería tu fe? ¿Cuántas otras personas podrían ser impactadas a través de ti y tu testimonio? ¡Esto puede, y debe, suceder! Así que no veas esto como una meta, sino como el comienzo de un nuevo capítulo, uno que puede ser más poderoso y significativo que nunca. Mantén tu enfoque en las cosas de arriba y coloca a Dios en primer lugar en tu lista de prioridades, porque eso es lo que realmente importa. Como nos enseña la Biblia: “…Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33).

Para celebrar esta poderosa conclusión, no te pierdas nuestra reunió de los domingos a las 12:00h (también a las 8:30h y 18:00h), en la Iglesia Universal en español. Será una mañana bendecida donde tendrás la gran oportunidad de participar en la Santa Cena, sellando tu pacto con Dios, entregarle tu vida por completo en el altar y buscar el bautismo con el Espíritu Santo si aún no lo has recibido.

¡Ha llegado el momento! Que este sea el día que marque un antes y un después en tu caminar con el Altísimo. Prepara tus mejores galas y ven con fe a encontrarte con tu Señor. ¡Nos vemos en el altar!