Ayuno de Daniel, Día 18 – Cómo nos influye lo que vemos y oímos

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Cada día, estamos expuestos continuamente a muchas imágenes y sonidos, tanto positivos como negativos, incluso mientras dormimos, a través de nuestros sueños o ruidos de fondo.

Si bien algunas influencias negativas son claramente dañinas, otras pueden parecer inofensivas a primera vista. Por eso es fundamental ser conscientes de lo que consumimos. Tanto la ciencia como la Biblia coinciden en que nuestra mente se moldea constantemente por lo que vemos, leemos y escuchamos.

Ya sea una canción pegadiza, un titular dramático o un video corto que aparece en nuestras publicaciones, todo lo que permitimos que entre por nuestros ojos y oídos deja una huella. Psicólogos y neurocientíficos han estudiado exhaustivamente cómo estas influencias externas afectan al cerebro. Un concepto clave es la neuroplasticidad, que se refiere a la capacidad del cerebro para reconfigurarse a sí mismo tras la exposición repetida a ciertos estímulos.

Un estudio publicado en Nature Reviews Neuroscience descubrió que la información visual y auditiva repetida influye en el desarrollo de las vías neuronales, reforzando patrones específicos de pensamiento y comportamiento. En resumen, cuanto más nos exponemos a un tipo de contenido en particular, más se condiciona nuestro cerebro a pensar y responder en función de esa información.

De igual manera, un estudio de 2022 publicado en el Journal of Psychological Science reveló que la exposición a los medios tiene un impacto medible en el bienestar emocional, especialmente cuando se trata de contenido negativo o que provoca ansiedad. El uso excesivo de las redes sociales, en particular, se ha relacionado con mayores niveles de estrés, depresión y dudas sobre uno mismo, impulsado por la comparación.

Sin embargo, miles de años antes de que la ciencia moderna lo confirmara, Dios ya nos enseñaba esta importante verdad: « La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz.» (Mateo 6:22)

Sabiendo que todo lo que entra en nuestra mente se convierte en semilla, y que cada semilla crecerá en algo, Dios nos recuerda constantemente en su Palabra que debemos cuidar nuestro corazón y nuestra mente, enfocándonos en pensamientos positivos (ver Filipenses 4:8).

En vista de esto, el Ayuno de Daniel nos brinda la oportunidad de desintoxicar nuestra mente y nutrir nuestro espíritu con lo que nos eleva. Nuestros ojos y oídos son puertas de entrada a nuestra alma, por lo que es esencial ser conscientes de lo que permitimos entrar, no solo durante estos 21 días, sino a lo largo de toda nuestra vida.

Y si deseas profundizar aún más en este tema, no te pierdas nuestro estudio bíblico de los miércoles “Los 5 Sentidos”, donde exploramos cómo cada uno de nuestros sentidos puede influir en nuestra vida espiritual y aprendemos a controlarlos para servir mejor a Dios y mantenernos enfocados en Él.

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Fuentes:www.nature.com/articles/s41467-019-13607-2pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC4853817